Fuerte respaldo de Javier Milei a Patricia Bullrich y frío reencuentro público con la vice Victoria Villarruel

El presidente compartió con la vicepresidenta y la ministra de Seguridad un acto de la Policía Federal Argentina. Elogios presidenciales a la política anti-piquetes.

Fuerte respaldo de Javier Milei a Patricia Bullrich y frío reencuentro público con la vice Victoria Villarruel
Patricia Bullrich, junto a Javier Milei. (AP / Archivo)

El presidente Javier Milei le dio hoy un fuerte respaldo a las políticas de “mano dura” que viene aplicando su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a través del protocolo anti-piquetes implementado en las protestas sociales. Las críticas presidenciales al “garantismo barbárico” aplicado “en las últimas dos décadas” tuvieron como marco la premiación de cadetes de la Policía Federal y la celebración de los 203 años de la fuerza. La ceremonia contó con un extra: después de más de 40 días sin mostrarse juntos, Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel compartieron el palco oficial.

El saludo que se dispensaron al encontrarse y al despedirse, un rápido beso en la mejilla, contrastó con la euforia que compartieron en el desfile militar del 9 de Julio. Tomados de la mano y sonrientes, se fotografiaron en la torreta de un remodelado tanque TAM 2CA2.

En aquella oportunidad ya estaban expuestas las diferencias políticas, que desde entones solo fueron profundizándose. En septiembre, Villarruel criticó el acuerdo con Gran Bretaña sobre Malvinas (“¿nos toman por tontos?”, escribió) impulsado por la entonces canciller Diana Mondino, con el aval del presidente Milei.

Javier Milei y Victoria Villarruel. (AP Foto/Natacha Pisarenko)
Javier Milei y Victoria Villarruel. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

“Fue un error”, definió el presidente el 20 de octubre pasado la reivindicación que hizo Villarruel de María Estela Martínez de Perón, visitándola en Madrid y después inaugurando en el Senado un busto de la ex presidenta.

Villarruel, además, viene ausentándose de todas las reuniones de gabinete.

La gestualidad de Milei con Bullrich fue diferente. Ambos se abrazaron; conversaron animadamente durante los desfiles, mientras que Villarruel, sentada al lado del Presidente, se concentraba en las formaciones de los cadetes de la Escuela Comisario Pirker.

“Gracias a este cambio de rumbo estamos viendo resultados sorprendentes, doy dos ejemplos: el primero es que terminamos con los piquetes; el segundo, es todo lo que se ha logrado en Rosario, con el coraje de la ministra la doctora Patricia Bullrich”, elogió el Presidente a la ministra.

Los operativos de seguridad coordinados por el ministerio de Seguridad fueron cuestionados en varias oportunidades por legisladores opositores, y dirigentes sindicales y universitarios, también por entidades periodísticas, por el uso desproporcionado de la fuerza y detenciones callejeras arbitrarias.

“Para que la policía pueda hacer su trabajo lo mejor posible necesita estar respaldada por el Gobierno”, afirmó Milei en su discurso de menos de diez minutos.

El presidente apuntó contra las políticas de seguridad de los gobiernos kirchneristas. “Se pasaron dos décadas defendiendo lo indefendible y tratando de hacernos creer que los delincuentes eran víctimas y nuestras fuerzas de seguridad eran los victimarios. Durante años nos dijeron que propiciaban el garantismo, escudándose en la noción de proteger a las garantías constitucionales para promover lo que a todas luces no fue otra cosa que abolicionismo”, criticó.

“Debido a la penetración de la izquierda de las instituciones, las universidades, la dirigencia policial, empresarial y los medios de comunicación fueron abandonando esta función indelegable del Estado hasta que convirtieron a nuestro país en un baño de sangre”, dijo Milei.

En contraste con gestiones anteriores donde se “denostaba su Fuerza de Seguridad, incluso se elaboraban doctrinas para defender criminales”, Milei afirmó que “la seguridad pública es indispensable para la recuperación de nuestro país”, y se preguntó “¿quién puede salir a trabajar todos los días al alba si la calle es insegura?; ¿Quién se anima a arriesgar capital si desde la política le responden que no tienen interés en perseguir al delito?; o peor aún, ¿cómo puede haber crecimiento económico si nos pueden arrebatar el fruto de nuestro trabajo sin pena alguna?”.

El presidente cuestionó a “los políticos caranchos con seguridad privada” que “en lugar de respaldarlos en el desempeño de sus funciones deciden hacerlos desfilar por las calles de televisión para agitar sus propias banderas políticas”, y afirmó que en lo que denominó como “la nueva Argentina, no hay lugar para semejante degeneración”.

“Nuestra doctrina de seguridad es simple y está montada en tres pilares fundamentales que cualquier argentino de bien comparte: ‘el que las hace, las paga; el orden público es sagrado, los buenos son los de azul, los malos son los que delinquen, los que roban, los que matan’, y el Estado ‘tiene que proteger a las víctimas y castigar a los victimarios’”, definió.

“Hace 11 meses decidimos decirle no al garantismo barbárico que solo trae miseria, para decirle sí al orden cívico que garantiza el desarrollo y estamos dispuestos a morir en esta colina”, concluyó su discurso.