El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, ratificó los términos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y al menos momentáneamente clausuró la discusión sobre el mayor punto de disidencia entre los diferentes sectores políticos que conforman al actual espacio de Gobierno.
Al realizar uno de los habituales informes de gestión, Rossi aseguró que la Argentina cumplirá con la meta de déficit fiscal de 1,9% para 2023 y con el tope de emisión monetaria de 0,6%, dos de los puntos centrales del controvertido convenio con el organismo multilateral.
En el escrito oficial donde respondió más de 600 preguntas, el jefe de Gabinete no dejó espacio para especulaciones, pese a que en estos momentos se están desarrollando reuniones con Washington para readecuar algunos términos del acuerdo.
De esta forma, Rossi volvió a dar la espalda al kirchnerismo que reclama una revisión integral porque considera que en las condiciones actuales el acuerdo es incumplible.
Dadas las diferencias que persisten con el FMI, especialmente por las condiciones que quiere imponer el organismo, las conversaciones continúan siendo de manera virtual y aún en el Palacio de Hacienda no pueden confirmar cuándo viaja la delegación para pulir los últimos números, que habilite la presencia del ministro Sergio Massa en la capital estadounidense para la rúbrica final.
Cómo sigue el cronograma de pagos
La demora empieza a acotar los márgenes porque el miércoles 21 Argentina debe pagar US$ 927 millones y al día siguiente otros US$ 1.750 millones.
El día previo, el martes 20 de junio, está prevista la emblemática inauguración del gasoducto de Vaca Muerta y difícilmente Massa se prive de ese acto. Por consiguiente, se especula con la posibilidad de que durante el fin de semana viaje la delegación de Economía encabezada por el viceministro Gabriel Rubinstein y Massa lo haga a posteriori de la presentación de la obra.
En consecuencia, los tiempos empiezan a condicionar las negociaciones a menos que el FMI autorice la postergación de vencimientos hasta que haya acuerdo. Esa opción ya se utilizó a fines de marzo cuando se discutía el cálculo de reservas.
“Con el objetivo de establecer un sendero de reducción de la inflación consistente en el tiempo, en 2022 se redujo el déficit fiscal primario a 2,4% del PIB, sobre cumpliendo la meta de déficit primario acordada con el FMI de 2,5% del PIB. Esta política continuará en 2023, para cuando se plantea un objetivo de reducción del déficit primario hasta el 1,9% del PIB”, señaló Rossi apuntando al corazón del acuerdo.
Reducir el desequilibrio primario resulta un desafío durísimo en un año electoral y los números en los primeros cuatro meses del año así lo demuestran, pero el FMI no parece dispuesto a moverlo.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, el déficit acumulado en el primer cuatrimestre superó el billón de pesos, equivalentes a un 0,6% del PIB.
En este desfasaje juega un rol preponderante la sequía dado que provocó una caída de 50% en los ingresos por derechos de importaciones. El organismo reconoce la situación pero aún no da señales de permitir una flexibilización.
Qué dijo Massa sobre el acuerdo con el FMI
Mientras Rossi exponía en Diputados, el ministro tuvo la oportunidad de referirse a la negociación con el FMI al hablar durante un acto en una planta automotriz y eligió hacer una referencia lateral.
“Ayer tuvimos varias reuniones con el FMI. La Argentina tiene un ancla que el Gobierno anterior nos dejó y que de alguna manera condiciona nuestro desarrollo. Hablamos de la balanza y del fortalecimiento de reservas y de alguna manera aparecía el daño que la sequía nos ha generado. Cada dólar que surge de las manos de estos trabajadores vale doble porque es con valor agregado y no es producto primario, además de que compensa el daño que la sequía le hizo a la Argentina”, optó por decir Massa prolongando la incertidumbre.
Si bien Massa intentó destacar la participación de los trabajadores metalúrgicos, la frase también conlleva una velada crítica al campo, principal productor de productos primarios.
En definitiva, la actual posición política de Massa y del sector político del Gobierno que representa es sostener a pie firme el acuerdo más allá de las constantes críticas del kirchnerismo.