La irresuelta interna en la coalición oficialista se encamina hacia otra etapa de confrontación, por las gestiones que iniciaron Cristina Kirchner y Máximo Kirchner para sumarle presión al presidente, Alberto Fernández, con la presentación de proyectos de ley vinculados con los ingresos de los sectores más vulnerables.
Luego de una serie de movimientos que realizó la Vicepresidenta para preparar el terreno en el Senado, este viernes los representantes del kirchnerismo en la Cámara alta impulsarán formalmente una iniciativa vinculada con “temas previsionales”.
La movida se anunció poco después de conocerse el proyecto que presentó el diputado Máximo Kirchner para adelantar los aumentos del Salario Mínimo Vital y Móvil, para que ese ingreso de referencia pase a ser de 47.850 pesos a partir de agosto.
Estos movimientos que los legisladores identificados con Cristina Kirchner iniciaron en el Congreso se producen en un marco de extremas diferencias en el Frente de Todos respecto a las políticas económicas para apuntalar la recuperación del poder adquisitivo, sobre todo, ante la indómita marcha de la inflación. Es la pelea por la que el presidente Fernández y la Vicepresidenta dejaron de hablarse.
Los senadores kirchneristas anticiparon la presentación sin dar mayores precisiones sobre los objetivos del proyecto, incluso ante la consulta de este medio. Por lo pronto, se indicó que el viernes, a las 10, el anuncio lo harán José Mayans, Juliana Di Tullio, Anabel Fernández Sagasti y Mariano Recalde y otros integrantes del interbloque, en el Salón Illia, de la Cámara alta.
Pero en los últimos días Cristina Kirchner se encargó de ajustar el escenario en las dos cámaras para facilitar el debate de una iniciativa referida al sistema previsional: el miércoles se conformó en Diputados la Comisión de Previsión y Seguridad Social, que quedó a cargo de la mendocina Marisa Uceda, una referente de La Cámpora.
Con la designación de Uceda, el kirchnerismo reemplazó a Marcelo Casaretto, el diputado entrerriano con llegada directa a Alberto Fernández. Pero además, la mendocina mantiene una estrecha relación con Fernández Sagasti.
Un movimiento similar se concretó este jueves en el Senado, con el que Di Tullio quedó al frente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social.
Mientras, Máximo Kirchner presentó un proyecto para marcarle el ritmo al gobierno nacional. El diputado que renunció a la presidencia del bloque molesto por el acuerdo con el FMI busca que se adelante la suba del 45% que definió el Consejo del Salario y que se aplicará en enero del 2023.
La idea del hijo de la Vicepresidenta es que ese incremento se haga efectivo en agosto, para que el Salario Mínimo Vital y Móvil pase a ser de 47.850 pesos.
“La evolución del Salario Mínimo Vital y Móvil es fundamental y actúa como referencia para diferentes instancias de negociación laboral; establece los porcentajes de aumento que actualizan el Seguro de Desempleo, fijan el valor hora para los trabajadores jornalizados; y son tenidos en cuenta para las actualizaciones del programa Potenciar Trabajo y las Becas Progresar”, justificaron.
Máximo Kirchner emprendió el camino con sus laderos en la Cámara baja, muchos de los cuales también rechazaron el acuerdo con el FMI, entre los que figuran Vanesa Siley, Hugo Yasky, María Rosa Martinez, Sergio Palazzo, Claudia Ormachea, Carlos Ponce, Natalia Zaracho, Federico Fagioli, Veronica Caliva, Pablo Carro, Carlos Cisneros y Juan Carlos Alderete.
Las nuevas jugadas de Cristina y Máximo Kirchner se conocieron el mismo día en el que el ministro de Economía, Martín Guzmán, expuso ante los principales empresarios del país para ratificar el rumbo y advertir que el crecimiento sostenido depende de la “racionalidad”.