El renunciamiento electoral de Cristina Kirchner disparó las especulaciones sobre candidaturas en el heterogéneo universo del Frente de Todos, aunque uno de los principales referentes, Sergio Massa, evita alimentar las especulaciones respecto a su rol en las elecciones de 2023. El tiempo dirá si fue por cálculo, prudencia o real desinterés.
La danza de nombres toma fuerza en el peronismo: el gobernador Ricardo Quintela pidió pista para alguien del interior (Sergio Uñac y Jorge Capitanich están anotados); el jefe de Gabinete Juan Manzur retomó sus planes nacionales; Alberto Fernández prometió hacer todo para que en 2023 haya un presidente o presidenta del FdT. Y en el kirchnerismo, mientras Axel Kicillof se reserva para la reelección bonaerense, el ministro Eduardo “Wado” De Pedro sigue desplegando una amplia agenda política, propia de alguien con aspiraciones grandes.
En ese contexto, Massa optó por no correrse de sus obligaciones con la gestión de la política económica. La inflación de noviembre de 4,9 es la más baja desde febrero pasado. “El dato nos tranquiliza, no nos conforma”, declaró el ministro.
“Sergio es realista; está convencido de que no se puede distraer en pensar en las elecciones 2023. La situación es delicada en serio. Que digan que es una estrategia, no sé. Cualquiera puede ver que todos los días está en el Ministerio con (Gabriel) Rubinstein, con algún secretario, y no con operadores políticos”, confió a este medio un funcionario que, a la vez, ratificó la centralidad del viceministro en la gestión.
El carácter de pieza imprescindible en el funcionamiento del superministerio (que concentró industria y agro) explica por qué Massa consideró innegociable la designación de Rubinstein, un economista liberal, pero que, pragmático, no desdeña los acuerdos de precios.
Massa quiere que en abril la inflación tenga “un 3 adelante”.
Bajar un punto cada 60 días, dice. “Creemos que el año que viene la economía va a crecer por arriba del 3,5% y este año va a cerrar por arriba del 5% de crecimiento”, pronostica. También propone un camino trascendente como hacen los candidatos: “Tenemos que derrotar la idea de que la Argentina es un país inviable porque el mundo nos da una enorme oportunidad. El mundo demanda proteínas y la Argentina y Brasil producen 42% de las proteínas que demanda el mundo; el mundo demanda minerales y Argentina, Chile y Bolivia tienen la primera reserva mundial de litio; el mundo demanda energía y tenemos la segunda reserva de shale gas del mundo”.
La semana del 4,9 de inflación empezó con la presentación del Ahora 10 para celulares; el viernes a última hora Massa anunció un acuerdo de precios hasta el 28 de febrero con fabricantes de ropa. En el medio se anunciaron acuerdos de precios para zapatillas y medicamentos y para insumos industriales básicos.
Los anuncios, con todo, no logran despejar la desconfianza en algunos sectores oficialistas. “Massa es humo”, chicanean en la oposición, ante la sucesión de anuncios de esta semana que incluyeron inversiones de VW y Toyota.
Desde Economía replican con dos hechos que, creen, son incontrastables: los pronósticos de hiperinflación se apagaron y ya nadie replica versiones temerarias y aventureras sobre la anticipación del mandato presidencial.
“Cuando Massa asumió la inflación era de casi un 8 por ciento e iba al alza, las reservas disponibles del Central estaban 400 millones de dólares en rojo. Hoy la inflación se está desacelerando y hay 7 mil millones”, dijo a este medio un funcionario de Economía.
Las encuestas arrojan más valoraciones negativas que positivas sobre el Gobierno. No resulta inmune ninguna de las figuras del FdT. Dijo Lucas Romero, director de Synopsis: “Al medir intención de votos, ni Alberto Fernández ni Sergio Massa son actores políticos relevantes. El clima de opinión pública adverso al gobierno no distingue matices. Y del lado del gobierno, el 70 o 75 por ciento de la base electoral se identifica con Cristina Kirchner y su sector político. A Massa le desconfía el votante K y, obviamente, el votante opositor. Ahora, que Massa pueda ser un candidato competitivo para el oficialismo, totalmente de acuerdo, y eso va a depender de si Cristina dice ‘es él’”.
El jueves pasado en un foro organizado por el Grupo Techint, Paolo Rocca, presidente del conglomerado industrial pidió un aplauso para el ministro “por el extraordinario esfuerzo que está haciendo para guiar la economía”. En el mismo foro, Carlos Melconian, aunque crítico del plan económico, reconoció que la situación mejoró desde que asumió Massa la dirección económica del gobierno. “Viene sacando el agua de la canoa”, describió con humor, el economista que no hace mucho le contó a Cristina Kirchner de qué trataba el plan de la Fundación Mediterránea. Domingo Cavallo admitió que no ve ahora un escenario de hiperinflación (como había augurado tiempo atrás).
“El establishment ve en Massa una persona razonable que está conduciendo la economía como quisiera ese establishment, pero esa imagen hoy no se traslada a la opinión pública. Es un capital, pero por ahora no un capital político-electoral”, analiza Lucas Romero.
“Estos datos (mediciones de imagen) no deberían preocupar a Massa. Lo que necesita es convencer a Cristina de que es el candidato más competitivo para el oficialismo”.
Massa parece derribar todas las especulaciones con la frase que viene repitiendo. “He atravesado un sinnúmero de funciones políticas. Siento que estoy dando mis últimas pisadas en mi vida política”. Alguien cercano al ministro explicó: “No creo que deje la política. Creo que dice que no tiene apuro en madurar procesos y quizás la candidatura presidencial para el 2023 sea algo prematura”.