Como parte de su último acto en calidad de ministra de Economía, antes de que todo quedara en manos de Sergio Massa, Silvina Batakis viajó a Santa Cruz a fin de firmar, junto a la gobernadora Alicia Kirchner, las cláusulas contractuales para avanzar en la construcción de dos represas, que serán financiadas por tres bancos de China. De esta manera, el país asumió una nueva deuda de 5000 millones de dólares.
Esta negociación, destrabó las demoradas obras de las centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, que son claves para Beijing. De hecho, en su viaje a China, Alberto Fernández prometió a Xi Jinping que “haría lo necesario para construirlas”. Tal es así que la millonaria deuda se asume en un momento dramático para las reservas del Banco Central.
Sucede que, dado el contexto, el viaje de Batakis a Río Gallegos puede complicar las gestiones de Massa frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París. Con este nuevo compromiso con China, se pone en duda si el Fondo cumplirá con sus desembolsos y si el Club de París aceptará una refinanciación de una deuda cercana a los 2.500 millones de dólares.
Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido son los principales accionistas del FMI y el Club de París, y al momento de evaluar los argumentos de Massa tendrá en cuenta que su antecesora firmó las enmiendas que permitirán a China construir dos centrales hidroeléctricas en el área de influencia de la Casa Blanca.
Cómo fueron las idas y venidas de las represas
En agosto de 2014, Argentina se asoció con China Development Bank, Industrial and Commercial Bank of China Limited y Bank of China Limited, que aportaron 4.714 millones de dólares. El contrato se enmendó en enero de 2015.
Cristina Kirchner estaba en la presidencia y fue quien decidió que las centrales se llamaran Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. Las obras civiles están en manos de Hidrocuyo Sociedad Anónima y Electroingeniería, mientras que China Gezhouba Group Company Limited, aporta su propia tecnología hidroeléctrica.
En octubre de 2017, Mauricio Macri dispuso que las centrales regresaran a sus nombres originales -Cóndor Cliff y La Barrancosa-, y aseguró al mandatario chino que se iban a cumplir los contratos en tiempo y forma. Pero la crisis económica del 2018, entre otros aspectos, retrasaron la obra y Macri no cumplió.
No bien asumió, Alberto Fernández recuperó los nombres de Néstor Kirchner y Jorge Cepernic para las represas ubicadas en Santa Cruz. La pandemia y luego la crisis económica agravada por la invasión rusa a Ucrania pusieron más trabas a las obras. Sin embargo, Martín Guzmán y Gustavo Beliz le habían dicho al presidente que tenía poco sentido comprometerse con dos obras chinas que implicaban un costo altísimo en la relación del Gobierno con Estados Unidos.
Por eso, ya con Guzmán y Beliz afuera del Gobierno, Batakis viajó a Río Gallegos para firmar una enmienda que permitirá construir las dos centrales hidroeléctricas. El contrato que firmó está bajo investigación penal de la justicia federal. Con sus nuevas enmiendas, pasó de 4.700 millones de dólares a un poco más 5.000 millones de dólares. Esos 300 millones de dólares se utilizarían para evitar que un nuevo deslizamiento de tierra afecte a las represas.
“Hoy, recibí a la ministra de Economía de la Nación, para avanzar en el contrato central que permitirá finalizar las obras de las Represas Patagonia. Gracias al Gobierno nacional y a todas las partes involucradas que están aportando sus esfuerzos para apoyar este proyecto tan importante para la provincia”, tuiteó Alicia Kirchner.
Y agregó: “Esto nos permite continuar con el desarrollo de futuros proyectos de generación de energías renovables. Como siempre digo, es la energía la que nos va a permitir crecer en Santa Cruz y convertirnos en una provincia sustentable”. Una vez en Buenos Aires, Batakis retuiteó el posteo.
Cómo podría afectar la relación con Estados Unidos
Alberto Fernández no tiene confirmada aún su fecha de visita oficial a Washington. Se especula que esta se postergue por las decisiones que avala el presidente en contra de los intereses globales de Estados Unidos.
Podría no resultar estratégico para Biden recibir a un jefe de Estado que habilita la construcción de dos centrales hidroeléctricas chinas en la histórica área de influencia de Estados Unidos. Además, siguen latentes los elogios de Alberto Fernández a Xi Jinping y al Partido Comunista cuando se encontraron a principios de febrero en Beijing.
Por su parte, a fines de agosto, Massa viajará a Estados Unidos y Francia con el objetivo de explicar su programa económico. Tal vez en la ocasión deba comentar también cuál es su posición política sobre China.