El presidente Alberto Fernández arrancó el año con una fuerte agenda política que tuvo como primera actividad una reunión bilateral con el flamante presidente electo de Brasil, Lula Da Silva. Ambos mandatarios decidieron “volver a poner en marcha el vínculo”, porque “son países indisolublemente unidos”. La reunión bilateral fue en el Palacio de Itamaraty, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, el día después de la asunción del mandatario brasileño.
Se trata de un cambio de paradigma dentro de la gestión de Fernández, ya que deja atrás tres años de enfrentamientos con Jair Bolsonaro sobre la forma de trabajo dentro del Mercosur y el acuerdo con la Unión Europea que todavía no terminó de formalizarse. Ahora espera que haya un cambio en la visión de Brasil con la llegada de Lula Da Silva al poder.
“Hemos claramente decidido volver a poner en marcha el vínculo entre Argentina y Brasil con toda la fuerza que siempre debió tener’', dijo Alberto Fernández al concluir la reunión en Brasilia, de la que también participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero, y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli. En tanto, por Brasil, asistieron el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, y el asesor presidencial de Asuntos Internacionales, Celso Amorim.
Fernández, que calificó como “extrarodinaria” a la reunión con Lula da Silva, anunció que el presidente de Brasil viajará a Buenos Aires el 23 de enero en visita oficial para luego, el 24 de enero, participar de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que organiza la Argentina por ejercer la Presidencia Pro Témpore de ese bloque regional.
“Esperamos poder avanzar en todo lo que hemos conversado hoy, ya tomando decisiones y poniendo en marcha acciones concretas”, dijo Fernández.
“Argentina y Brasil son países indisolublemente unidos y ningún momento político puede perturbar eso. Los dos estamos de acuerdo en tratar de institucionalizar ese vínculo del mejor modo”, remarcó el Presidente.
“Hablamos también de la región. Los dos estamos convencidos de que el mundo ha cambiado, que las regiones tienen un nuevo rol para cumplir dentro de la globalización”, afirmó Alberto Fernández y señaló que ambos comparten “el deseo de volver a unir a América Latina en un espacio común”.
“Personalmente creo que el presidente Lula es un líder regional y que le va a dar un impulso a América Latina muy importante. Su presencia en Brasil es la vuelta de ese país a todos los foros internacionales”, reflexionó el mandatario e indicó que “estos años de presidente me ha tocado presidir el Mercosur, la CELAC, representar al continente en el G7 y en el G20, y la verdad la ausencia de Brasil de los foros internacionales fue muy evidente”.
Argentina y Brasil mantienen una relación económica y comercial intensa y estratégica. Brasil es el principal socio comercial de Argentina, hasta noviembre de 2022 fue el destinatario del 14,1% de las exportaciones.
La interdependencia productiva se evidencia en la composición del comercio, con una alta participación de manufacturas. Es así que la cooperación es clave en el mantenimiento y la generación de empleo de calidad para ambos países, y existen oportunidades para intensificar y fortalecer la relación, el flujo bilateral de inversiones y la complementariedad energética.
Lula asumió como presidente de Brasil con una agenda cargada
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva lanzó hoy una serie de ‘decretazos’ para detener desde el inicio de su gestión las políticas públicas con la marca del exmandatario Jair Bolsonaro, entre los cuales la suspensión de la política de flexibilización para la adquisición de armas y el inmediato retiro del programa de privatizaciones de la petrolera Petrobras y la de logística Correios y la Empresa Brasileña de Comunicación (EBC), la red de medios públicos.
Según informó en un comunicado el equipo de prensa de Lula, también se restableció el Fondo Amazonia, una caja de donaciones internacionales comandada por Noruega y Alemania que había sido despreciada por el gobierno de Bolsonaro destinada al desarrollo productivo de las comunidades amazónicas.
Lula además firmó la reglamentación para pagar 120 dólares del plan social Bolsa Familia con adicional de 30 dólares por hijo a cada trabajador sin ingresos registrados, en el marco de una enmienda constitucional que logró aprobar antes de su asunción con acuerdo del Congreso.