El caso de Pablo Laurta sacudió a toda la sociedad argentina. El hombre fue responsable del asesinato de su ex pareja y de la madre de ella en la provincia de Córdoba, y posteriormente huyó junto a su hijo Pedro, desatando una intensa búsqueda por parte de las autoridades.
Sin embargo, en las últimas horas trascendió un dato estremecedor: el taxista que los trasladó dio a conocer el detalle más impactante de aquel viaje.

Joaquín, el conductor que llevó a Laurta y a su hijo desde Córdoba hasta Entre Ríos, relató que durante las ocho horas de recorrido notó algo que jamás podrá olvidar.
“En la misma mirada del tipo le vi una frialdad, pero no me imaginé que hubiese hecho eso”, confesó en diálogo con el programa Mujeres argentinas.
Esto fue lo que percibió el conductor que trasladó a Pablo Laurta y a su hijo
Según relató Joaquín, el taxista, desde el momento en que Laurta subió al auto percibió un aroma insoportable que no pudo ignorar.
“Noté olor en él, nauseabundo, al subir al coche, pero después en un baño, en una estación de servicio, él se cambia la ropa y ya ese olor desapareció”, explicó, detallando cómo la situación cambió tras el recambio de vestimenta.
La panelista Amalia Guiñazú le preguntó si se trataba de un olor a sangre, a cansancio o a cuerpo. Joaquín fue contundente: “Es un olor, digamos, y perdón la expresión que voy a usar, a perro muerto”.

Guiñazú agregó su análisis: “Es que es distinto cuando no te bañás, cuando estás cansado, a haber matado a alguien. Porque la sangre con el oxígeno toma este olor. Es un olor de descomposición tremenda”, subrayando la gravedad de lo que Joaquín había percibido.
Joaquín admitió que recién al finalizar el largo viaje comenzó a comprender la magnitud de la situación. “Ahí empecé a reconocer la mirada, empecé a ver detalles que en su momento no te percatás”, confesó, mostrando cómo la percepción de Laurta fue cambiando con el tiempo.

A lo largo de esas ocho horas, Laurta se mantuvo impasible, exhibiendo una calma y frialdad que impactaron al taxista, incluso después de haber cometido el doble femicidio y secuestrar a su propio hijo.
El olor nauseabundo, que desapareció tras el cambio de ropa, se suma a los escalofriantes indicios que conforman un caso que conmovió a toda la sociedad argentina, dejando un rastro de inquietud y horror.