Otro crimen familiar múltiple conmueve al país. Este miércoles Fernando Dellarciprete ahorcó a su esposa Rocío en Tres Arroyos, luego ahogó a sus hijos y se quitó la vida arrojándose debajo de un camión.
Las primeras investigaciones hablan de un primer plan macabro que tuvo sus fallas y que el asesino debió modificar en el camino para lograr su cometido.

Dellarciprete ahorcó a su esposa con el cable de un velador en su casa, en horas de la mañana. Luego, recogió del colegio a Tiziano, su hijo mayor, y lo llevó junto al pequeño Francesco en su Renault Duster camino a Necochea. Fue cuando su plan empezó a fallar y debió modificarlo, aunque lamentablemente lograra su cometido a fin de cuentas.
El plan macabro que falló y debió cambiar
El asesino chocó su Duster a toda velocidad contra un monte con la intención de matar a sus hijos y suicidarse en un solo acto. El caso es que, tras la colisión, tanto él como sus hijos seguían vivos.
La siguiente decisión fue quizás más macabra e incomprensible que la primera: tomó a los dos niños y los ahogó en una zanja. Los cuerpos de los pequeños fueron dejados a la vera de la ruta.
Pero todavía debía terminar con su propia vida. Ingresó al campo y encontró una vivienda, en donde pidió agua y un arma. Ante la negativa de las personas que lo atendieron, volvió a la ruta y se arrojó debajo de un camión. “No pude hacer nada”, comentaría a la policía el chofer del vehículo que arrolló al hombre.
Aunque a primera vista se trataba de un siniestro vial, dar con los cuerpos de los niños y, más tarde, con el de la mujer en la vivienda de Tres Arroyos, no dejó dudas a los investigadores. Sin embargo, lo que está unido por el momento son solo las piezas más grandes de un complejo rompecabezas.