Dos delincuentes ingresaron armados en la panificadora POLOLA, de Carpani Costa y Güiraldes, en el barrio Trocha, y luego amenazar a los encargados de la atención del salón se apoderaron de la caja registradora que se encontraba sobre el mostrador.
Cuando intentaban huir en una motocicleta que estaba estacionada en la vereda, salieron del interior del comercio los empleados con la intención de recuperar lo robado, pero uno de los maleantes descerrajó dos disparos al aire, evitando así ser atrapados. Sin embargo los encargados del local tomaron la decisión de subirse a un automóvil, perseguirlos y colisionarlos en la parte trasera de la motocicleta 110 roja, arrojándolos contra la cinta asfáltica.
Uno de los ladrones logró huir sin ser atrapado por la muchedumbre, que cada vez sumaba más adeptos para darles un escarmiento a los malvivientes. El otro delincuente fue reducido por los empleados del local y otras personas, quienes lo habrían agredido al saber que habían protagonizado un asalto.
Enseguida arribó al lugar un móvil policial y una ambulancia de Same; que trasladó al delincuente de 26 años al Hospital San José. Según trascendió sufrió una fractura de clavícula en el hombro; presuntamente como consecuencia del impacto al salir despedido de la motocicleta. Los golpes recibidos por los vecinos justicieros también le habrían provocado algunas lesiones que obligaron a recibir curaciones en el centro de salud.
La fiscal Patricia Fernández se encargó de las primeras instrucciones judiciales y ordenó a la policía que identificaran al otro sospechoso a partir de las imágenes registradas por las cámaras de seguridad del comercio.
En el lugar donde redujeron al ladrón secuestraron la caja registradora con el dinero de la panadería y la motocicleta utilizada para cometer el robo. No trascendió que haya aparecido el arma de fuego y puede ser que se la haya llevado el otro malviviente.
