Gerdau, la mayor empresa brasileña productora de acero, anunció el pasado 1° de febrero que se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1 y 2 a un valor inferior al 50% del promedio mundial de la industria siderúrgica.
Actualmente, la compañía tiene una de las emisiones medias más bajas de gases de efecto invernadero (CO₂e), de 0,93 t de CO₂e por tonelada de acero, lo que representa aproximadamente la mitad de la media mundial del sector, de 1,89 t de CO₂e por tonelada de acero, según datos de 2020 publicados por la World Steel Association (worldsteel). Para 2031, las emisiones de carbono de Gerdau se reducirán a 0,83 t de CO₂e por tonelada de acero.
Con el objeto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los próximos diez años, Gerdau ampliará el uso de chatarra ferrosa como materia prima para la producción de acero, aumentará su área forestal, responsable de la producción de carbón vegetal, que funciona como bioreductor en la fabricación de arrabio, y aumentará el uso de energías renovables, como los parques solares ya anunciados en Brasil y Estados Unidos. La compañía también invertirá en iniciativas enfocadas de mayor eficiencia energética y operativa en sus unidades, en nuevas tecnologías e innovación abierta.
“Al alcanzar el objetivo propuesto para 2031, daremos un paso importante hacia nuestra ambición de ser neutrales en carbono en 2050, aunque sabemos que la neutralidad en la industria del acero todavía no es algo factible en la actualidad. Pero queremos ser parte de esa solución”, dijo Gustavo Werneck, director presidente (CEO) de Gerdau.
La compañía destaca que la neutralidad en carbono requiere tecnologías bien desarrolladas, que aún no existen a escala industrial, y políticas públicas que permitan a la industria mundial de acero neutralizar sus emisiones de carbono.
En este sentido, la compañía participa activamente en colaboración con entidades sectoriales, universidades y centros de investigación en la búsqueda de tecnologías disruptivas para la producción de acero y fomenta el diálogo y la construcción conjunta con diversos agentes de la sociedad para la implementación de iniciativas, como el acceso a líneas de financiación diferenciadas locales, nacionales o transnacionales, de fuentes públicas o privadas. Estas líneas serán fundamentales debido a los altos valores de inversión que requiere el desarrollo de tecnologías disruptivas para que se pueda producir acero con baja emisión de gases de efecto invernadero.
Además, Gerdau entiende que la neutralidad en carbono también está ligada a la mejora de sus procesos productivos y a las inversiones en nuevas matrices energéticas limpias y renovables. La compañía ya ha dado los primeros pasos en este camino, con el anuncio de parques solares en Minas Gerais y la instalación de un parque fotovoltaico en Midlothian, Texas (Estados Unidos). Ambas iniciativas tienen como objetivo proporcionar energía limpia a las unidades de producción de acero de Gerdau.
Gerdau, desde 2021, pasó a vincular los indicadores de sostenibilidad, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero, a las metas de bonos de largo plazo de la alta dirección. Desde el año pasado, el 20% del plan de incentivos a Largo Plazo (ILP), que remunera a los directivos a través de acciones de la compañía, se calcula en función de las emisiones de CO₂e y el porcentaje de mujeres en puestos de liderazgo con miras a reforzar un entorno de trabajo comprometido con la evolución de los temas de sostenibilidad y llevar los temas ambientales, sociales y de gobernanza aún más al centro de la toma de decisiones estratégicas de la productora de acero.
Emisiones diferenciadas
La matriz productiva de Gerdau, cuya producción de acero es cerca del 80% basada en el uso de fuentes recicladas y renovables, le permite a la compañía tener una posición destacada en el sector. Hoy, el 73% del acero producido por la compañía proviene del reciclaje de chatarra ferrosa, lo que la convierte en la recicladora más grande de América Latina, con 11 millones de toneladas de chatarra transformadas en acero anualmente. El acero es un material infinitamente reciclable y por cada tonelada de chatarra reciclada se evita la emisión de 1,5 toneladas de CO₂e.
Además, Gerdau es la mayor productora mundial de carbón vegetal para la fabricación de acero. Tiene 250 mil hectáreas de base forestal en Minas Gerais. Los bosques plantados son materia prima de fuente renovable para el carbón vegetal, que funciona como bioreductor en la fabricación de arrabio, que produce acero con menor intensidad de gases de efecto invernadero.
“El acero es un material imprescindible e insustituible, infinitamente y 100% reciclable, que está en la vida de millones de personas en diferentes momentos o lugares en sus rutinas, en los hogares donde viven y en los medios de transporte que utilizan. El acero está presente en nuevas tecnologías de producción de energía, como insumo para paneles solares y torres eólicas, y en nuevas soluciones de infraestructura, siendo, por tanto, un material crucial para el proceso de descarbonización del mundo”, concluye Werneck.