En estos últimos diez meses tan particulares atravesados por la pandemia del covid-19, fueron muchos los emprendedores que iniciaron sus proyectos personales y le hicieron frente a la crisis para poder comercializar sus productos. Sin dudas el verano, es una de las épocas más esperadas por todos, ya que es la temporada donde se espera que el consumo crezca: desde diciembre se pensó en los regalos para las fiestas de fin de año, y hace unos días en los presentes para reyes, o simplemente en un obsequio para regalar y comenzar un nuevo año.
En este contexto es importante pensar en los trabajadores de la economía popular, que buscan una alternativa de consumo más consiente, impulsan un intercambio de bienes que se caracterizan por tener un proceso de producción más sustentable y accesible para toda la comunidad.
Mayra Martínez es una de las emprendedoras de la ciudad de Pérez, que ofrece una opción diferente con el bordado de las prendas campestres. Además, en su perfil de Reflejos de mi pago se pueden encontrar diseños de bordados en diferentes accesorios, alpargatas, etc. Mayra recuerda que fue una mañana de lluvia cuando inició con el bordado, impulsada por las ganas de personalizar sus prendas “tenía unas alpargatas aburridas y comencé a bordarlas… y pensé de sumarle el bordado a estas prendas para vender. Entonces era más artesanal, no era solo la idea de revender cosas, sino también ponerle algo de lo que yo hacía. Al principio empezaba a gustarle a mis amigas y me compraba la gente más conocida. Muchos me decían porque no haces una página para mostrar los diseños, y ellos me dieron el empujón para empezar con todo”.
En tiempos donde se tejen redes
Las redes sociales son una herramienta de trabajo fundamental para muchos emprendedores. Martínez cree que “esto de estar en una era tecnológica nos ayuda un montón. Primero entre emprendedores veo que hay una ayuda re linda, el de compartir en tu página a otro emprendedor para que nos vayan conociendo. En la calle misma la gente te va diciendo, esta chica hace esto, vende lo otro...”. Desde que comenzó con su proyecto, cree que es fundamental la ayuda mutua con sus compañeros, tiene muy en claro que es “importante hacer crecer a los pequeños emprendedores. Todos saben que se empieza de a poquito, con lo mínimo, es importante la difusión para que la gente vea los productos y si les gusta lo comparten y van valorando el trabajo artesanal” remarcó.
Desde que comenzó la pandemia muchas personas tomaron conciencia de la manera de consumir. Ahora son muchos los que optan por los productos agro ecológicos o regionales para hacer crecer a los pequeños comerciantes, respecto a este momento Mayra cree que cada vez “se está difundiendo más, la gente prefiere lo artesanal, lo hecho a mano y bien. Y no comprar a las grandes marcas y demás”.
En tiempos donde todo llega a través del celular y luego se pide por una red social o una aplicación se hace más fácil el contacto con las personas, la relación con los clientes es más cercana a pesar de la virtualidad. En este sentido, la emprendedora contó que en su experiencia, vio que “en esta época de pandemia, se notó mucho el uso de las redes sociales para comprar cosas y el uso de los correos para enviar. Es la facilidad de agarrar un teléfono, hacer transferencia y en unos días te llega a tu casa. La gente lo aprovecha cada vez más antes de ir a un negocio, moverte de ciudad o lo que sea”. Además, remarcó que contar con el Correo Argentino en la ciudad le facilitó hacer los envíos a otras provincias a un costo accesible para sus clientes.
Una prenda con un bordado bien personalizado
Navegando por las redes sociales, viendo tutoriales de diferentes diseños y puntos de bordados Mayra comenzó a intervenir sus prendas personales: “recuerdo que comencé viendo un video de unas flores sencillas, después es más que nada tu imaginación. Porque vas creando con los colores, si sabes varios puntos ya vas haciendo que vuele la creatividad”. Confiar en su propio estilo y combinación de colores y texturas, le permitieron ser más flexible a la hora de presentar un diseño nuevo a sus clientes.
Es por esto, que recibe muchas consultas sobre los diseños, los modelos y colores y cuenta que algunos de sus clientes ven algo nuevo por las redes y piensan en llevarlo a su prenda favorita. “Mucha gente me dice si puede ser un diseño propio, o ven los que están disponibles en la página y siempre les digo que está la posibilidad de crearlo juntos, para que cada trabajo sea bien personalizado”. Si bien la primera consulta empieza por un mensaje en sus redes sociales, Mayra les propone un asesoramiento más cercano “porque una cosa es ir y ver lo que les gusta, saber que diseño quieren hacer, charlar, poder ver las telas, la calidad, como es el producto, y eso a la gente le gusta porque no es lo mismo mirar una foto que tenerlo presente, es otra llegada.
Por el trabajo y el esfuerzo que Martínez le dedica a cada prenda, son muchas las personas que valoran su trabajo artesanal y se lo reconocen. Mayra confesó que “muchas veces uno no sabe como se cobra un trabajo artesanal. Te lleva tiempo de creación, es un proceso de tu imaginación, ver los materiales y todo lo que implica un diseño, pero también a mí me gusta que la gente se lleve mis productos, es por eso que decidí tener un precio accesible y facilitarles que ellos puedan elegir qué diseño hacer, si lo quieren personalizado y sobre qué material”. Por otro lado, otro servicio que ofrece es acercar las prendas a domicilio, “yo no tengo negocio y es difícil que se vengan a medir, pero sí se los llevo a su casa, lo mismo hago con las entregas”. Sin dudas la emprendedora desde Reflejos de mis pagos hace todo lo posible para brindar la mayor comodidad a sus clientes.
“A veces pienso… ¿Habré comenzado en un momento no tan oportuno? ¿cómo en plena pandemia te pones un emprendimiento?”, reflexionó Mayra entre risas. Sabe que este proyecto crece día a día con la ayuda de su familia, amigos y clientes. Es por eso que no paró de trabajar y de sumar nuevos diseños y productos desde sus inicios.