En una intervención que permaneció en vilo a las autoridades policiales en Campo Viera, Camila Perla Z., una joven de 20 años, junto con sus dos hijos, se convirtió en el epicentro de un tenso enfrentamiento con la policía después de provocar un incendio en su propia vivienda. La mujer fue detenida, y sus hijos, entregados a su abuela materna para su resguardo y cuidado.
El incidente comenzó cuando Graciela Ester Z., madre de Camila, de 40 años, alertó a las autoridades tras presenciar cómo su hija intentaba prender fuego su casa. Afortunadamente lograron extinguir las llamas antes de que causaran daños significativos. Según la denuncia, esta no era la primera vez que la joven perpetraba un hecho similar.
En esta ocasión, el suceso tomó un giro aún más preocupante. Tras ser sorprendida por su madre en plena acción, Camila profirió amenazas y, de manera inesperada, se llevó consigo a su hija de tan solo 4 años hacia una zona boscosa cercana. Esta no era la primera vez que la niña sufriría maltratos y amenazas por parte de su madre, según información fuentes cercanas.
En respuesta a la denuncia, los uniformados acudieron rápidamente al lugar y emprendieron una operación de búsqueda. Tras un rastrillaje exhaustivo, a unos tres kilómetros del domicilio, se localizó a Camila en el monte, arrastrando a su hija menor, quien lloraba visiblemente, según las fuentes policiales.
Los intentos de dialogar con ella resultaron en agresiones verbales y físicas hacia los oficiales presentes. Sin embargo los uniformados lograron reducirla y detenerla sin que se produjeran heridas.
Camila fue trasladada bajo custodia policial a la Comisaría de la Mujer después de un examen médico de rutina. El juez de instrucción, Jorge Melnik, ordenó la comunicación con el Juzgado de Familia Aristóbulo del Valle. Además, se dispuso que la joven permanecería detenida.
En paralelo, y siguiendo las órdenes de la Cintia Rauber del Juzgado de Familia, los dos menores, Gabriela y su hermana Evelin, fueron entregados a su abuela materna bajo acta oficial. Se establece que los niños no presentan lesiones físicas a raíz del incidente.