Personal de la municipalidad de Oberá se encontraba derribando un árbol como parte de los trabajos de apertura de la calle Caruhé en el barrio Villa Gunther, cuando por un error de cálculos el tronco se precipitó sobre una vivienda de madera. Esto ocurrió debido a que no se tomaron los recaudos necesarios y no se consideró la posibilidad de que el desplome afectara a la vivienda.
Los operarios utilizaron una máquina topadora para realizar la tarea, la cual empujó el árbol hasta que las raíces cedieron, pero debido a un desnivel, la trayectoria no fue la prevista y terminó impactando contra la casa. La propietaria del inmueble, Estela Brizuela y sus hijos de entre 7 meses y 6 años no se encontraban dentro cuando ocurrió el imprevisto, pero apenas tuvo lugar el siniestro, los operarios se comprometieron a realizar las reparaciones.
Brizuela explicó, en diálogo con El Territorio, que “estaba durmiendo con mis chicos, me pidieron que salgamos de la casa porque iban a cortar el árbol, que iba a ser peligroso, pero ni así tomaron los recaudos para evitar algún daño. No lo sujetaron para forzar la caída hacia la calle y se cayó para el lado de mi casa”. El siniestro dejó como saldo la destrucción de la cocina, una mesada y un lavarropas, además la dueña informó que al poco tiempo personal municipal le proveyó de una mesa y el arreglo de una parte de la vivienda.