Sara Miranda, quien fue acusada por el crimen de Roque Mora en la localidad neuquina de Plottier, seguirá siendo investigada por homicidio agravado por ensañamiento, pero en prisión domiciliaria. En la audiencia de este martes, la defensa arremetió contra el accionar de la fiscal a cargo y prometió aprovechar el tiempo para fundar su teoría de legítima defensa.
La audiencia, que comenzó ayer por la mañana y finalizó en horas de la tarde, duró aproximadamente seis horas y tenía como objetivo pelear la calificación de la causa otorgada por el juez Gustavo Ravizzoli y la medida cautelar impuesta a la mujer de 45 años. Tanto fiscalía como defensa sostuvieron sus versiones ante el tribunal Revisor conformado por los jueces Carina Álvarez, Dardo Bordón y Carolina García.
Por una parte, la fiscal Eugenia Titanti retomó su lugar como fiscal del caso luego de que el juez de garantías declarara nula la confesión brindada por la mujer. Hizo un recuento de los hechos sucedidos la noche del viernes 10 de julio y sostuvo que el accionar de la ex empleada de la víctima estuvo premeditado y tenía como objetivo hacer sufrir al hombre de 73 años.
En contraposición, las defensoras oficiales Ivana Dal Bianco y Belén Rodríguez Méndez insistieron en la reacción desmedida de la mujer como una acción de defensa ante un intento de abuso; y solicitaron el cambio de la acusación a homicidio en legítima defensa.
En este sentido, pidieron que se morigere la medida cautelar, de prisión preventiva a domiciliaria, por negar los riesgos procesales y pensando en el bienestar de su defendida. Cabe recordar que la mujer está con asistencia psiquiátrica y medicada desde su detención.
El tribunal resolvió, por unanimidad, mantener la calificación de homicidio agravado por ensañamiento, por considerar que "no hay evidencia provisoria que acredite la teoria del caso de la defensa".