Investigan la muerte de Paolo Alexander Pino Quintero quien se suicidó en su casa de Tupungato, luego de salir del Regimiento de Infantería de Montaña RIM 11.
La familia del solado de 19 años se presentará como querellante de acuerdo a lo que Paolo les comentaba, donde destacaba humillaciones, vejaciones y torturas a las que era sometido diariamente en el Regimiento dependiente del Ejército Argentino.
Aseguran tener mensajes de lo que padecía de parte de sus superiores, además de testigos, en la causa que está caratulada como “Averiguación por instigación al suicido”.
Daniel Álvarez, abogado de la familia del soldado, dijo: “Era un niño de 19 años que fue atormentado sistemáticamente dentro del RIM 11 de Tupungato, donde se burlaban de su aspecto físico con calificativos peyorativos (que no voy a repetir, remarcó el abogado quien presentará los escrito en la causa), donde entre otras cosas le hacían trasladar una piedra de 60 kilos a la cual Paolo le hablaba y le decía ‘Rocky’”, confirmó a Canal 7.
Lo hacían comer saltando, comer del piso y dormir en las duchas
El abogado Álvarez, confirmó que la madre de Paolo le señaló que a su hijo le hacían “comer saltando, comer del piso o lo hacían dormir en las duchas”, adelantó el letrado que estas humillaciones serán presentadas en la causa.
Álvarez también resaltó que en esta causa “Averiguación por instigación al suicido”, cuentan con una ventaja “los letrados que componen la Justicia en el Valle de Uco son excelentes y sabemos la calidad de profesionales que son”, y también describió que “cuando fue la madre fue a retirar las pertenencias de su hijo, en el Regimiento RIM 11, nadie habló con ella y fueron muy fríos”.
“Pretendemos que se terminen los abusos paralelos a la instrucción militar, no la instrucción militar en sí”, destacó Daniel Álvarez, teniendo en cuenta como prueba, mensajes y testigos, quienes confirman que le decían “negrito boliviano, bigotudo, orejudo”.
Pero no eran sólo conceptos discriminativos los que habría recibido el solado voluntario del Ejército que se suicidó, también le habrían hecho realizar acciones muy humillantes, según el abogado.
Su madre tiene audios (de WhatsApp) remarcó Álvarez en lo que le cuenta, entre otras cosas que “en ocasiones lo hacían dormir en el baño, le hacían la vida imposible, le repetían que se tenía que ir de baja. Así buscaban quebrarle la voluntad y la autoestima, y al parecer lo lograron”, sentenció.
Caso Carrasco: fin del Servicio Militar
El 6 de abril de 1994, cambió la historia del Ejército Argentino, habían encontrado el cuerpo sin vida del soldado Omar Carrasco en el predio de una unidad del Ejercito ubicada en Zapala, Neuquén.
La muerte de Carrasco generó una conmoción social del país que provocó que el gobierno de Carlos Menem, confirmara el final del Servicio Militar obligatorio en la Argentina.
El 3 de marzo de 1994, Carrasco había llegado al Grupo 161 de Artillería proveniente de la localidad neuquina de Cutral Có para cumplir con el Servicio Militar obligatorio.
Pero sólo pasaron algunos días de ingresar a las filas del Ejercito lo declararon como desaparecido y desertor, algo que le fue comunicado a sus padres dos semanas después, cuando el soldado no llegó al hogar familiar en el que iba a ser el primer día franco de su servicio.
El cadáver del soldado apareció a 700 metros de la compañía donde había sido reclutado durante un segundo rastrillaje, ya que en el primero una patrulla pasó por ese mismo lugar 15 días antes y no había encontrado nada.
El cuerpo de Carrasco estaba con el torso desnudo, tenía un ojo reventado, varias costillas quebradas y, peritajes que se le practicaron, determinaron que había sido movido antes de permanecer en un sitio húmedo y oscuro, lo que explicaba el estado de momificación que exhibía.
Lo cierto es que el juez Rubén Caro estuvo al frente de la investigación que confirmaba “un baile” y varios castigos físicos que recibió Carrasco en los primeros días de la instrucción por parte de los conscriptos “viejos” Cristian Suárez y Víctor Salazar, quienes habían recibido órdenes directas del subteniente Ignacio Canevaro.