Mendoza registra una disminución histórica de mortalidad infantil y embarazo adolescente, según informó este jueves la ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Ana María Nadal. En 2021 se mantuvo la tendencia a la baja respecto a la muerte de niños previo a cumplir el año y bajó el el número del embarazo de chicas menores.
Los datos de Gobierno destacan que en 2020, la tasa fue de 7,5 por mil niños nacidos vivos y el año pasado bajó a 6,9. En el caso del embarazo adolescente, se registró una baja de 8,3 en 2020 a 7,5 en el paso 2021.
Nadal destacó en su discurso que la Provincia decidió priorizar en base a las líneas de cuidado, la protección integral de la salud de la mujer y las infancias. “La tasa de mortalidad infantil tiene una dimensión social importantísima para nuestra provincia”, resaltó.
La mortalidad en Mendoza se estudia todos los años y, luego, cada tres años, para buscar el análisis de la tendencia de la serie.
Si se observa año a año, se produjeron 17 defunciones menos que en 2020. El 75% de las muertes infantiles ocurrieron en los primeros 27 días de vida. Las causas fueron 52% perinatales, 33% malformaciones, 3% externas y 3% infecciosas.
En números absolutos, significa que en 2021 se registraron 22.897 nacimientos, 2,4 menos que en 2020.
Datos históricos de la mortalidad materno-infantil
- 2010: 11,4
- 2011: 9,6
- 2012: 9,3
- 2013: 9,7
- 2014 y en 2015: 8,5
- 2016: 7,7
- 2017: 7,6
- 2018: 8
- 2020: 7,5
- 2021: 6,9
Disminuyó el embarazo adolescente en 2021
Según datos oficiales, Mendoza registró una disminución histórica del embarazo adolescente. En el 2019 estaba en 9,7; en 2020 pasó a 8,3 y en este 2021 bajó a 7,5.
“Trabajamos codo a codo con la Dirección General de Escuelas para que todos los adolescentes tengan acceso a la salud. Además, desde el programa estamos trabajando mucho con la comunidad a través de los municipios, donde estamos vinculando a los jóvenes con el sistema de salud y su acceso”, expresó la jefa del programa de Salud, Sexual y Reproductiva, Valentina Albornoz.
Con el obnjetivo de bajar los índices, el Programa de Salud Sexual y Reproductiva se centró en dos grandes ejes: el primero tiene que ver con la capacitación de los equipos de salud para lograr espacios receptivos de los adolescentes y el segundo tiene que ver con la búsqueda activa a los jóvenes en el territorio o la escuela.