Entre los diversos aumentos que está sufriendo toda la provincia y el país los estudiantes también son una parte de la población que sufren un golpe al bolsillo. Las fotocopias aumentaron significativamente desde que comenzó la pandemia hasta la actualidad y para algunos es hasta inaccesible.
Durante el comienzo de la pandemia varios estudiantes se acostumbraron a leer la bibliografía que pedían de las facultades desde sus computadoras. Esto se debía a porque en un principio todos los comercios estaban cerrados y por el miedo que tenían muchos de salir de sus casas.
Luego con el avance a de la pandemia, la información sobre el virus, la llegada de la vacuna y la reciente vuelta a las clases presenciales cambiaron el panorama. La presencialidad requiere de los materiales de manera física en las aulas, si bien varios leen sus textos en un principio desde sus celulares o computadoras la gran mayoría prefiere el papel.
“Por ahí es más económico tener los textos en la computadora y leerlos desde ahí, pero hay varias dificultades con eso. Primero se destruye la vista tener tantas horas los ojos en una pantalla, yo creo que por eso la mayoría usamos lentes. Por otro lado, para estudiar también es difícil porque es complicado para resaltar o poner notas a los márgenes”, comentó Agustín Díaz, estudiante de la UNCuyo a Vía Mendoza.
Una de las opciones que tenían las personas que anteriormente estudiaban en la Universidad era la disponibilidad de libros para los estudiantes y que generalmente los docentes elegían un solo autor o pocos libros para el estudio de una materia. Este panorama en la actualidad también cambio en algunas carreras.
“Creo que lo que más nos ‘obliga’ a tener que sacar fotocopias y no comprar un libro por ejemplo es que todos los textos que nos dan son de diferentes autores y diferentes libros. Entonces no te queda otra y encima que tenés que gastar en una impresión que quizás no es de calidad, no estás contribuyendo con el autor a comprar su libro”, dijo Paula López estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales.
Todos estos factores hacen que los estudiantes cuatrimestre a cuatrimestre tengan que gastar mucho dinero en la compra de su material de estudio. Si bien varios establecimientos educativos ofrecen becas para el material bibliográfico hay que cumplir con varios requisitos exhaustivos que muy pocos estudiantes puede obtener.
Desde los centros de fotocopiado del centro de Mendoza y de las Universidades comentan que los estudiantes en su gran mayoría se quejan, pero que terminan llevando el producto. “Para nosotros es horrible tener que aumentar los precios sabiendo que es para personas que están estudiando una carrera universitaria y que quizás no tiene ni trabajo para pagarla. La realidad es que todos los insumos aumentaron, entre ellos el alquiler”, explicó un reconocido centro de fotocopiado de la galería Tonsa.
Becas para estudiantes que no alcanzan
Miles de argentinos estudiantes tienen la posibilidad y cumplen con los requisitos para acceder a un plan social que les ofrece ayuda económica para poder llevar adelante sus estudios, como lo es el Progresar. Este beneficio le otorga cerca de $5.600 por meses a los estudiantes que la cobran.
Actualmente, las fotocopias están cerca de $5 la hoja si es que se compra más de 100 unidades. De caso contrario el precio es mayor. Por lo tanto, un estudiante de grado de una carrera referida con humanidades o literatura, que son las carreras que generalmente más textos tienen que leer, se gasta casi el 90% de plan en la bibliografía de una sola materia o dos como mucho sin contar la extensión que tenga.
“Necesito repartirme los textos de las materias por mes para imprimir por tandas. Yo no trabajo me dedico solo a estudiar y el Progresar es mi único ingreso y no me alcanza para imprimir los textos que necesito por cuatrimestre. Esto sin contar los gastos que tengo de pasajes de colectivo hasta la facultad, antes por lo menos me ahorraba eso”, señaló Matías Farías estudiante de Derecho de la UNCuyo.