Laura Echegaray es un ejemplo de perseverancia, responsabilidad y entrega, tanto en su vida personal como en el plano deportivo. Laura fue invitada por una amiga de running a participar de una competencia.
Se entusiasmó y hoy con 38 años corre Duatlón, Triatlón y el desafío de Ironman. Es madre, empleada en una entidad bancaria y supera obstáculos todos los días.
“Mi amiga Andrea me invitó a correr en 2016, participé en la Carrera de la Mujer Vení a Correr, fue mi mayor motivación, se despertó algo maravilloso en mi y ya no pude parar”, remarcó Laura Echegaray a Vía Mendoza.
A partir de esa invitación y su primera competencia, Laura se preparó para un nuevo desafío, Maratón Costa del Pacífico en Chile.
“Fue en junio de ese año, me preparé y corrí los 21 kilómetros”, recuerda entusiasmada, aunque reconoció: “Yo sólo quería correr. Al principio no sabía que había podio, ni que te clasifican. Era cero en conocimiento de competición”, confirmó de forma sincera y esbozando una risa.
Para el 2018 se inclinó por el Duatlón -deporte individual o por equipos, de resistencia, que reúne dos disciplinas deportivas: atletismo y ciclismo-. Pero su entusiasmo fue más allá y se animó a participar en el Triatlón, motivada por el grupo de los Halcones Running.
“No sabía nada en relación a técnica o manejar los tiempos, y participé en una Posta en El Carrizal. Fue cuando una vez más había encontrado algo más en mi interior, y comencé a decir que iba a aprender a nadar y competir en Triatlón de forma completa”.
No sabía nadar, aprendió y hoy compite en aguas abiertas
Su espíritu de lucha la llevo a dar sus primeras brazadas en natación: “No sabía nadar hasta hace poco. Pero era mi desafió, aprender a nadar y participar del Triatlón. De hacer sapito en la pileta, a nadar en aguas abiertas, es uno de los mayores logros”, remarcó orgullosa.
“De todas formas, me cuesta mucho nadar, y en la competencia es el tiempo más bajo que tengo. Nadar en aguas abierta es maravilloso”, repitió la atleta de Junín.
Madre de mellizos -Alejo y Tomás-, además de ser esposa de Gustavo, y empleada en una entidad bancaria, sale a entrenar todos los días. “Medrano es una zona muy segura y por eso mis entrenamientos son sobre 10 kilómetros como mínimo, pero lo importante es que la familia me acompaña a muerte”, resaltó Laura.
Aunque destacó el papel de la mujer dentro del deporte, en este caso amateurs.
“Para una mujer no es tan fácil entrenar en este tipo de distancias, se requiere de muchas horas. Ingreso al trabajo a las 8 y salgo a las 15, y para una mujer, luego de los 30 años, se complica mucho; madre, esposa. Si tenés el apoyo de la familia, podes sortear todos los obstáculos”.
“Cuando entreno sola en la calle, me da bronca que me griten cosas”
Sus entrenamientos son en la calle, o caminos, y es donde todo se complica aún más. “Todavía no podemos sacar ese machismo de la calle”, subrayó.
“Cuando voy sola, me gritan cosas fuera de lugar, o pasa un auto cerca tuyo y te dicen algunas barbaridades, pero no me da miedo, sí mucha bronca. Ahí es cuando valoramos el apoyo de la familia”, dejó como mensaje a la sociedad.
El 2019 fue su mejor año donde vio que su esfuerzo y entrenamiento daba sus frutos. Corrió Duatlón y Triatlón por el campeonato mendocino.
“La pandemia me sirvió para prepararme y correr el Ironman”
La pandemia Covid-19 fue demoledor para el deporte. Sin competencias, y sin contar con las posibilidades de entrenar, los atletas y deportistas en general sufrieron un terrible golpe emocional.
Pero Laura, se reinventó. “En febrero de 2020 competí en el Triatlón El Sol de San Juan, y a las dos semanas, la pandemia nos paralizó”, recordó.
“Seguí entrenando en el espacio que podía, y cuando nos permitieron salir, intensifique el trabajo. Sabía que no había competencias en un corto plazo, entonces el objetivo era prepararme para llegar de la mejor manera al Ironman”, sintetizó Laura.
Ante semejante objetivo debió encarar un plan de trabajo general donde incluyó la nutrición y el gimnasio.
“Fui sacando cosas importantes del trabajo y rendimiento de los deportistas federados, y hablé con Marisol Pardo, mi nutricionista, fue quien me cambió la vida como deportista, logró el equilibrio en mi físico, y además, sumé el trabajo con el profe Pablo Matas y Federico Fernández”.
Y el día del gran desafío llegó. Fue en Ironman en Entre Ríos y su última presentación fue en Ironman 70.3, desarrollado en San Juan, el cual fue de carácter internacional que otorgó plazas para el Mundial de Ironman de Estados Unidos.
Laura recorrió 1.900 metros a nado, 90 kilómetros en ciclismo y 21 kilómetros de pedestrismo: “Fue un desafío único, pero lo importante es que cuando cruzo la meta, somos los cuatro -haciendo mención a su compañero e hijos-”.
Y finalizó diciendo: “Mi próximo desafió, es superar a la propia Laura, la de la competencia anterior”, remarcó la atleta amateurs, que en 6 años, modificó su vida, se adaptó, superó obstáculos dejando un mensaje claro de superación, donde los sueños se cumplen.
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