Finalizaron las tareas de reparación de la válvula chorro hueco de El Carrizal, que tiene como tarea principal la regulación de la salida del agua para regular de esta manera la distribución para el uso de riego. De esta manera se podrá manejar correctamente el caudal río abajo según los requerimientos del Departamento General de Irrigación.
Yamila Arnosti, directora de Hidráulica de la provincia explicó que “El embalse El Carrizal tiene dos válvulas reguladoras en el Circuito de Generación de Riego, que dotan de seguridad a la presa y cuya toma la maneja la DGI. En 2019 se reparó la válvula número dos, que había quedado recargada mientras se concluían los trabajos sobre la número uno y, finalmente, esta semana, quedó habilitada para su funcionamiento. Para la realización de este trabajo se invirtieron alrededor de 2 millones de pesos”.
De esta manera las dos válvulas reguladoras de chorro hueco que posee la presa tienen una capacidad de erogación de 50 metros cúbicos por segundo cada una y, en caso de crecidas, se abren distribuyendo caudales que compensan el ingreso de los escurrimientos.
La importancia del embalse
Cabe destacar que el Embalse El Carrizal fue construido para regular las aguas del río Tunuyán. Su principal objetivo es el de proveer agua de riego, para aproximadamente 70.000 hectáreas de la zona Este y, además, generar energía hidroeléctrica.
Las dos válvulas de chorro hueco que posee el embalse sirven para regular el abastecimiento a más de 20.000 regantes del Tunuyán inferior.
Está ubicado a 60 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, en el límite de los departamentos de Luján de Cuyo y Rivadavia. Se terminó de construir en 1972 por la Dirección de Hidráulica.
Actualmente es el organismo encargado de mantener todos los elementos de la Presa que no fueron concesionados a la empresa Consorcio de Empresas Mendocinas Por Potrerillos S.A. (Cemppsa) como parte de la concesión de Potrerillos. Fuente Gobierno de Mendoza