El año pasado, para esta misma época, iba a comenzarse en las escuelas de Mendoza el primer censo de fluidez lectora, pero las autoridades de la Dirección General de Escuelas se vieron obligadas a detener el operativo ante la pandemia ya que las escuelas habían cerrado sus puertas unos días antes. Un año después, la cartera que comanda José Thomas vuelve a la carga con este censo pero con algunas diferencias con respecto al planteado inicialmente.
El plan previsto el año pasado era que comenzaría el 16 de marzo y la medición se realizaría a todos/as los estudiantes desde 2do grado de la primaria y hasta el último de la secundaria en un plazo de 20 días. Ahora, se modificó el período censal y la cantidad de alumnos/as, todo en respuesta a las modalidades y protocolos sanitarios adoptados por las instituciones educativas.
Silvia del Pópolo, directora de Planificación de la Calidad Educativa, explicó que “Tenemos escuelas con diferentes regímenes de presencialidad. Entonces, nos vamos a extender en el período de tiempo, vamos a censar desde el 15 de marzo y hasta el 20 de abril porque si no lo hacemos, no podremos cubrir a chicos/as que asisten semanas de por medio”.
“La otra diferencia es la población: en esta ocasión vamos a censar a estudiantes de 4to grado, 7mo grado y 1 ero año de secundaria. Estamos hablando de unos 79.400 alumnos/as aproximadamente de todos los colegios de la provincia tanto de ámbito público como privado”, sumó la funcionaria.
Especialmente para este operativo se capacitó a 200 aplicadores de la DGE quienes serán los encargados de medir cuántas palabras -de un texto acorde a la edad del alumno- lee un estudiante por minuto. También se considerarán aspectos como las pausas y el uso de diferentes tonos de voz.
Del Pópolo al referirse a la modalidad del censo aseguró que “Medimos la fluidez lectora, es decir, leer con naturalidad, para comprender mejor si un alumno lee con fluidez es necesario escucharlo para saber si respeta pausas, tonos. Un lector que lee fluidamente reconoce automáticamente las palabras y esa automatización permite que los lectores se concentren en la comprensión del texto, del mensaje”.
“Si los procesos fundacionales no se automatizan, la lectura muy lenta o fragmentada influye directamente en la comprensión. Durante el año pasado hablábamos de aprendizajes prioritarios y fluidez lectora fue parte de estos saberes. Por lo tanto, esta medición es muy útil para los docentes para conocer mejor la situación de cada estudiante y saber dónde reforzar”, detalló la funcionaria.
Finalmente aseguró que “Los datos se cargarán directamente en el sistema GEM por lo que podrán tener acceso casi inmediato a esta información así como a una serie de herramientas que la DGE pondrá a disposición”. Fuente Sitio Andino