En pleno otoño se espera para el viernes la primera nevada en la Cordillera mendocina. Junto con el anuncio se dio a conocer el intenso fenómeno con una alerta amarilla se que aproxima en la zona montañosa de la provincia.
Por otro lado, el Servicio Meteorológico Nacional señaló la gran posibilidad de viento zonda en la provincia. Según el mapa capturado por el ente del clima se puede observar que el fenómeno se desarrollará en el Sur de la provincia sobre todo.
Durante el miércoles se publicó el mapa de los fenómenos meteorológicos que se desarrollarán en los próximos días en territorio mendocino. Con una franja amarilla costeando la zona de Cordillera de la provincia se puede prever que se trata de una alerta amarilla.
Si bien este tipo de alerta se suele dar por diversos fenómenos, en este caso se trata de nieve en la zona montañosa de la provincia que se estima que podría desencadenarse el viernes de esta semana. La alerta se extendió en Neuquén y parte de Río Negro.
En un informe del ente Nacional del clima se dio a conocer que lo que impulsaría a la nieve en un primer momento son los sucesivos pulsos de aire frío y húmedo que van a recorrer la Cordillera que comprende a estas tres provincias.
En el escrito se expresó que el clima cambiará rotundamente en las provincias implicadas respecto al clima de los últimos días. La cercanía con la Cordillera y el cielo nublado que se presenta este jueves cambia el panorama por completo.
Si bien descenderá la temperatura en la provincia por la recientemente advertida nevada en partes de la provincia. Se estima que para el viernes las temperaturas lleguen a los 27° en toda la provincia por la posible llegada de viento zonda en Mendoza.
Alerta amarilla
Una alerta es un mensaje para prevenir a la sociedad sobre cierta posible llegada de algún fenómeno meteorológico. Además de anticipar sobre un fenómeno meteorológico se considera que el mismo puede poner el riesgo la naturaleza, la vida o bienes de la comunidad.
El amarillo es el rango de “informate”. El mismo señala que se podrían desatar posibles fenómenos meteorológicos con capacidad de daño y riesgo de interrupción momentánea de las actividades cotidianas.