Al cierre del año 2015, el saldo de deuda flotante de la Provincia ascendía a $6.440 millones. Gran parte de esta deuda flotante era deuda que el Gobierno Provincial mantenía con proveedores de bienes, prestadores de servicios y contratistas de obras, debido a la consistente dilación en los procesos de pago por falta de recursos y exceso de gastos.
La existencia de este tipo de deuda generaba enormes perjuicios tanto para los proveedores como para el estado provincial y la economía de la Provincia en general. La interrupción de la cadena de pagos impactaba directamente en la actividad y adicionalmente generaba incertidumbre en diversos sectores de la economía.
El primer paso para ordenar la deuda flotante fue exigir a los proveedores realizar un proceso de verificación de sus créditos; una vez cumplimentado el proceso de verificación, se ofreció pagar parte de la deuda con Bonos de Consolidación de Deudas 2015.
Estos Bonos permitieron otorgar certeza de pago a los proveedores, recomponiendo la cadena de pagos y dando una fuerte señal a los mercados respecto de la solvencia de la Provincia y la reducción de sus niveles de deuda flotante.
Los desmanejos financieros de la gestión anterior provocaron la emisión de éste y de otros títulos, tendientes a dotar al Estado Provincial de los recursos necesarios para hacer frente a sus deudas, recuperar el funcionamiento de los servicios y retomar la ejecución del plan de obras. Desde la emisión de los títulos en 2016 hasta su cancelación en 2018 se dio tiempo a que decanten las medidas de tendientes a nivelar las finanzas del Estado generando así la disponibilidad de recursos necesarios para afrontar sin inconvenientes los pagos de intereses y amortización.
Las medidas ejecutadas permitieron reducir la deuda flotante con proveedores en más del 65%, manteniéndola hasta el día de la fecha en niveles históricamente bajos.
Finalmente, este miércoles Mendoza pagó la última cuota de los Bonos de Consolidación de Deudas 2015.