La crisis de la comercialización de la fruta, provocó que el Frigorífico Aconcagua, un complejo con 72 años de historia, decidiera apagar sus máquinas, reducir drásticamente sus operaciones, personal y reconvertirse en un centro logístico de distribución con la esperanza de salvar al menos una tercera o cuarta parte de su facturación.
La crisis de la fruticultura en Mendoza tiene efecto en cadena, haciendo caer a uno de los grandes y tradicionales frigoríficos de la provincia.
El Frigorífico Aconcagua, fundado en Godoy Cruz en el año 1946, no funcionará más en relación a su trabajo basado en brindar servicio de frío para productores de fruta de Mendoza, entre las cuales figuraban manzanas, peras y duraznos en fresco o para industria en su mayoría.
Ante esto, se reconvertirá en un centro logístico para almacenamiento y distribución. Jaime Campomar reveló que Frigoríficos Aconcagua tomó la decisión de cerrar sus puertas luego de los incrementos tarifarios, "ya que las facturas aumentaron de 300 mil pesos a más de 550 mil pesos por mes".
"El negocio de la fruticultura funcionaba con la exportación. Con la imposibilidad de exportar, principalmente a Brasil, la actividad se volvió inviable y dejan de tener sentido servicios anexos como la guarda en frio para la fruta", admite Jaime Campomar, para quien "el negocio de la exportación para la fruta está terminado y en zonas como Mendoza o el Alto Valle de Río Negro queda un verdadero tendal de productores e industrias anexas".