Una pasajera que viajaba con su hijo, Ruth Rosas (38), relató que el chofer del colectivo venía adelantando a otros vehículos antes de la tragedia y que los pasajeros le pedían que no anduviese tan rápido, previo al accidente en la Ruta 7. "Le decíamos que no acelerara más, pero no nos hacía caso"
El micro en que se trasladaba una escuela de fútbol infantil de Chile, del Colo-Colo de Quilicura, se desbarrancó en Alta Montaña cerca del túnel internacional y murieran, en el accidente, tres chicos: una nena de 10 años y dos varones de 14 y 16 años.
Esta pasajera viajaba junto a su hijo Jason Contreras, de 18 años, quien comentó: "Le decíamos que pare y él seguía andando rápido. Yo estuve despierto todo el camino y sé lo que pasó. Yo alcancé a agarrar a mi mamá y después ayudé a las otras personas que estaban pidiendo ayuda".
Mario Olguín tiene 23 años y era uno de los profesores a cargo de los chicos que viajaban a bordo del micro. El joven se mostró claramente afectado por el presente de los chicos. "Son niños que vienen ilusionados, viajan en busca de oportunidades, de sueños", contó con una venda cubriendo su ojo izquierdo.
Feliciano Pirul (45), otro pasajero que viajaba con la familia, detalló: "El chofer manejaba con exceso de velocidad, mi impresión es que iba muy rápido. Quiso adelantar un camión y cuando vio el micro de frente aceleró más y fue cuando volcó. Empezaron los golpes, los vidrios se rompieron y quedamos colgando, por las ventanas porque teníamos los cinturones".
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Fuente: Los Andes - Sitio Andino - El Sol