Fernando Fernández, ex jefe de residentes del Hospital Central, fue condenado este mediodía por la Primera Cámara del Crimen a 10 años de prisión por haber apuñalado a su esposa, Rosana Sosa. Antes de la sentencia, el hombre pidió disculpas y dijo que estaba arrepentido de lo que había hecho.
El tribunal concluyó que Fernández quiso matar a Roxana Sosa, sin poder conseguirlo. También lo sentenció a 10 años de inhabilitación para ejercer la medicina.
Los hechos ocurrieron el 16 de noviembre de 2015 en el departamento que compartían en el edificio Portal Alto, en el municipio de Las Heras. Cuando se levantaron de la siesta comenzaron a discutir porque él le recriminó el tatuaje que Rosana se había hecho en su cuello. Son tres pájaros volando que representan a los hijos que tienen en común: una nena y dos varones. El médico furioso de celos por no saber que ella había decidido tatuarse la atacó.
Rosana recibió cinco puñaladas en el pecho y la espalda y varios cortes en el resto del cuerpo. Estuvo varios días en terapia intensiva, superó tres operaciones y fue sometida a numerosas transfusiones de sangre.