En plena construcción, la nueva planta de faena y frigorífico que tendrá San Juan ya proyecta buenas expectativas para el sector productor ganadero y, por ello, el director de Desarrollo Pecuario del Ministerio de Producción, Alfredo Martín, señaló los beneficios económicos que tendrá la provincia con la sustitución de importación del consumo de carne, al menos en un porcentaje.
Durante el año 2016, a precio por mayor, el gasto que asumió la provincia para traer carnes de La Pampa fue de un aproximado de 2.200 millones de pesos, estimó el funcionario de la cartera productiva al mismo tiempo que destacó que con la planta en funcionamiento ese dinero se pondrá en circulación en el mercado interno.
“A precio de gancho, más de 2.000 millones de pesos fue el costo de importación de carne para consumo. Con el frigorífico pretendemos cubrir al menos el 30% del consumo local con producción propia”, declaró.
En ese sentido, Martín indicó que muchos productores que crían ganado deben trasladarse a Mendoza para la faena y luego vuelven a San Juan para vender la carne.
“Esto sin dudas encarece la cadena de valor del producto y ello se ve reflejado en el precio final. Con la planta no sólo el productor achicará costos de logística sino que también el consumidor final se verá beneficiado con la producción local”, detalló.
Si bien a lo que se apunta es a la diversificación de la matriz de actividades productivas y económicas, el Gobierno de la Provincia no se desentiende de las proyecciones por fuera de los límites del territorio sanjuanino. “Es cierto que la planta es de tránsito federal, pero la meta principal es abastecer las necesidades internas.
Por esa razón, los productores ya comenzaron a agruparse y conformaron una Cámara de Ganaderos, que ya tiene más de 85 asociados y con quienes mantenemos contacto permanente y de forma directa”, aseguró Martín.
San Juan produce actualmente unas 60 mil cabezas de ganado bovino que son faenadas en Caucete, Capital, Calingasta, Iglesia, Jáchal y Valle Fértil. Sin embargo, este número sólo alcanza para abastecer el 10% del consumo local, que supera los 37.000 toneladas de carne bovina por año, y el resto ingresa a través de abastecedores.