Los vaivenes del dólar en la Argentina no desalientan a quienes cruzan la cordillera para comprar; este año serían unos 4 millones, el 30% más que en 2016.
En los principales centros comerciales y outlets hablan del "efecto argentino", al que le adjudican hasta la mitad de sus ventas.
No importa si es fin de semana largo, los vuelos de viernes a domingo hacia esta ciudad despegan casi completos y regresan con más equipajes y cajas. La locura por las compras -los precios siguen en promedio entre 20% y 70% más bajos que en Argentina, dependiendo producto y marca- explica que las aerolíneas tradicionales que permiten despachar una valija sin cargo sean competitivas frente a la chilena low cost que une los dos países (además, tasas de embarque e impuestos nivelan los precios los pasajes).
Antonio Catalán, de la compañía de transfers, cuenta que es mucha la gente que viene sólo por un día: "Llega al aeropuerto y directo a la zona de los outlets; la mañana ahí y la tarde en los shoppings de Santiago. Muchos compran para después vender, especialmente lo que es juguetería. A medida que se acercan las fiestas de fin de año, la tendencia crece".
Los datos de la Aduana argentina ratificaron el fenómeno; recauda un promedio de $1 millón diario por excedentes en las franquicias permitidas (US$300 en ingresos por avión y US$150 vía terrestre por persona mayor de edad).
Los vaivenes del dólar en la Argentina no desalientan a quienes cruzan la cordillera para comprar; este año serían unos 4 millones, el 30% más que en 2016. En los principales centros comerciales y outlets hablan del "efecto argentino", al que le adjudican hasta la mitad de sus ventas.