Mariela Rizzo, hija de la segunda persona fallecida por coronavirus en Mendoza, contó el calvario que vive luego de despedir a su padre y ser amenzada desde las redes sociales. "Mientras despedía a mi padre, me amenazaban por Facebook", denunció la mujer.
Pero no sólo eso debió soportar Mariela Rizzo, sino que ante la muerte de su padre, los vecinos del barrio Municipal, situado en el departamento de Las Heras, pidieron a la Municipalidad que desinfectaran la manzana donde vivían hija y padre.
"Dijeron, incluso, que habíamos estado en un crucero y que al llegar nos paseábamos por el barrio. Todo mentira", remarcó con dolor. Y más aún cuando los vecinos le alertaron "que me hacían responsable si había más enfermos en el barrio, cuando hacía unas horas había muerto mi papá".
El hombre tenía 73 años y falleció a causa de coronavirus. "Nunca me imaginé que tenía coronavirus. Fue algo que nos tomó por sorpresa a todos. No quiero cargar las tintas sobre los profesionales de la salud porque es tan nuevo para ellos como para nosotros", explicó Mariela Rizzo, a Canal 9 Televida.
Habían regresado de su estadía en Mar del Plata el 3 de marzo a Mendoza. "El primer caso en esa ciudad se registró el 13. No era un lugar de circulación", remarcó Rizzo (profesional de psicología).
La hija del hombre fallecido detalló "comenzó a con diarrea", indicó la mujer quien al otro día llamó una ambulancia, pero le dijeron que no tenía síntomas compatibles con el coronavirus y que era una gastroenteritis.
Otro día encontró a su padre tirado en el piso. "Sólo tuvo 38 de fiebre el día viernes (27). Pero nos dijeron que podía ser una gastroenteritis o disfusión urinaria", dijo.
Finalmente, el domingo la ambulancia llegó y fue trasladado de urgencia a la Clínica Francesa cuando empezó con dificultades para respirar. Luego fue derivado al hospital Lagomaggiore, donde se activó el protocolo por coronavirus.
Los resultados del Instituto Malbrán donde se confirmó el positivo por COVID-19 llegaron el 1 de abril. Ese mismo día, falleció el hombre.
"Me llamaron los médicos para que fuera al hospital. Me dejaron entrar con barbijos con guantes y a una distancia de dos metros me pude despedir", remarcó.
