Por décimo año consecutivo, Mendoza está en crisis hídrica y es el período más largo desde que se tiene registro, que son los últimos cien años. El Departamento General de Irrigación presenta este martes el pronóstico de escurrimiento de los ríos y los datos adelantados no son para nada alentadores.
No hay nieve acumulada en las nacientes de las cuencas y todos los ríos de la provincia están por debajo de la media histórica. Las zonas secas se notan en toda la provincia, pero la más perjudicada es la del Sur, donde los ríos Atuel, Malargüe, Diamante y Grande son los más afectados.
El agua que falta por la carencia de nevadas se compensa en una parte por el aporte de los glaciares, la gran caja de ahorro de agua que tiene Mendoza. Se cree que cerca de un 40% del agua de los ríos de deshielo de la provincia lo aportan los glaciares, informa MDZ.
En los últimos cien años hubo periodos de extrema sequía, como en el 1968 o el 2014, y hay motivos para pensar que este 2019 - 2020 será similar.