Rodeado de una geología con piedras que poseen más de 450 millones de años Santiago Achával y Roberto Cipresso plantaron viñedos en el Challao y en las tierras de Canota, en Villavicencio. ¿El objetivo? tener un Malbec único, con nuevas expresiones para conquistar paladares sofisticados.
En un interesante desafío a la agricultura, el viñedo del Challao crece en las laderas de los cerros precordilleranos, según Guarda 14, en áreas muy pequeñas de suelos conformados por piedras con 450 millones de años de antigüedad.
Otra de las sorpresas de Achával es su viñedo de Canota, el inicio de la experimentación de geologías más antiguas. Dos hechos especiales dan un toque distintivo al viñedo; por una parte un suelo que conserva toda su riqueza geológica ya que no posee ningún canal de riego que lo atraviesa, y por otra el agua que lo alimenta, que llega desde la vertiente natural de Villavicencio, con toda la mineralidad que posee.