La monja japonesa Kosaka Kumiko, señalada como cómplice en los casos de abuso sexual cometidos en el Próvolo, contrató al conocido penalista Carlos Varela Álvarez para que la defiende pese a que está prófuga. La religiosa, sobre quien pesa un pedido de captura nacional e internacional, es la sexta persona denunciada y habría sido quien hacía la selección de las víctimas.
Álvarez ya hizo sus primeras jugadas: presentó ante la Justicia un recurso de "mantenimiento de libertad" para Kumiko y puso a disposición del fiscal que instruye la causa, Gustavo Stroppiana la declaración de otra monja, Asunción Martínez, que actualmente vive en Formosa pero que durante años estuvo en el Próvolo de Luján.
Martínez se presentará mañana ante el fiscal y, según trascendió desde el seno de la investigación, en su declaración intentaría quitar de la escena sospechosa a Kumiko, así como también limpiarla de las acusaciones que pesan sobre ella. Consultado sobre esta posibilidad y el motivo de la presentación como testigo, Varela Álvarez prefirió no hacer declaraciones, informa diario Los Andes.
Esta monja es la que fue señalada por una de las víctimas como la mujer que le puso pañales a una niña luego de ser abusada por el sangrado que le provocaron las hemorragias.