En forma sostenida la pobreza en Mendoza sigue expandiéndose. Al menos así lo vivencian las iglesias, donde en los últimos meses reciben un mayor flujo de personas a pedir ayuda en comida, abrigo y contención. En la Parroquia Santiago Apóstol, en febrero había alrededor de 65 personas y hoy más de 300 que se acercan a pedir algún tipo de asistencia.
Marcelo De Benedectis, párroco indicó: "Ha habido un crecimiento enorme que preocupa. Hay mendocinos que con la llegada de los primeros fríos no tienen para cubrir sus necesidades básicas de calor. No tienen plata para pagar la garrafa, tampoco los remedios. Detrás de cada persona que viene también están los niños, esposo, pareja y también los abuelos".
"Hablando con ellos el tema que manifiestan es que no consiguen trabajo" señaló De Benedectis. El problema que no tiene resolución concreta es que más allá de contar con el certificado de buena conducta, nadie los recibe cuando están en situación de calle.