Participación en Malvinas
Siguiendo los ejemplos de pilotos veteranos de la Aviación Naval que habían realizado operaciones de riesgo años atrás, los pilotos en 1982 enarbolaron sus estandartes y pusieron en acción tantas horas de vuelo y adiestramiento, cuando en 1982 se llevó a cabo la Operación de Recuperación de nuestras Islas Malvinas.
La participación de la Aviación Naval a bordo del Portaaviones A.R.A "25 de Mayo" y desplegadas desde continente, dio más de un dolor de cabezas a los ingleses, que de hecho, desestimaron la capacidad de los pilotos argentinos. Justamente, el 4 de mayo, las unidades británicas estaban en "Alerta Blanca" por ataque aéreo, que es la más mínima condición de defensa ante un ataque de ese tipo.
Ellos subestimaron las capacidades de los argentinos y dadas las condiciones meteorológicas, para ellos era poco probable que eso sucediera, ya que había baja altura de las nubes sobre el mar y la visibilidad era escasa, lo que impediría la realización de ataques utilizando armamento y bombas que exigen el sobrevuelo de las unidades a atacar.
Lo que no tuvieron en cuenta fue que el avión "Super Étendard", que tenía Argentina, poseía el sistema de ataque misilístico y podía operar en condiciones meteorológicas adversas.
El momento de la verdad
Un avión de exploración "Neptune", proporcionó los datos que los pilotos de Super Étendard necesitaban. El "Neptune" había localizado y "trackeado" a la flota y a las 7:50 del 4 de mayo detectó al destructor inglés HMS "Sheffield".
En Río Grande, se prepararon dos Super Étendard con misiles Exocet y despegaron minutos antes de las 10:00 horas. Estos fueron piloteados por el Capitán Augusto Bedacarratz (líder) y el Teniente Armando Mayora (numeral). "Es un verdadero trabajo de equipo, Mayora fue mi coequiper, más que mi numeral y la falla en cualquiera de los dos aviones era causa suficiente para anular el vuelo", resaltó Bedacarratz.
Los aviones despegaron con un conjunto de aviones de la Fuerza Aérea Argentina. El convoy estaba conformado por un Hércules KC-130 que realizaría un reabastecimiento de combustible en vuelo para los aviones de la Armada. También despegó una dupla de caza bombarderos Mirage M-5 Dagger de la Fuerza Aérea, armados con misiles Shafrir, guiados por los radares desde tierra, tuvieron la misión de proteger al Hércules y a los Súper Étendard.
Llegó el ataque
Ambos aviones navales realizaron el abastecimiento de combustible y volaron rumbo al objetivo principal. Este vuelo fue rasante, a 15 metros del agua y en proximidades del blanco elevaron su altura a 40 metros. "Volamos muy bajo, con suma discreción. No utilizamos prácticamente el radar, no hablamos por radio y solo nos comunicamos de avión a avión por señas",mencionó Bedacarratz.
El Neptune volvió a actualizar la posición del buque británico, los pilotos de los Super Étendard ingresaron los dígitos para el lanzamiento de los misiles y pasadas las 11 horas de la mañana del 4 de mayo, la Aviación Naval comenzaría a escribir una nueva página en la historia de la guerra aeronaval, ya que el ataque aire superficie no había tenido precedentes.
Al menos uno de los misiles impactó en el HMS "Sheffield". El fuego y el caos se apoderó de la nave que llevaba a bordo 287 hombres. Estos fueron asistidos por la fragata HMS "Arrow", quien se acercó a rescatar a los sobrevivientes del ataque argentino. También la fragata remolcó al destructor a una zona segura. Del ataque se pudo contabilizar una cantidad de 20 muertos y 63 heridos. Finalmente el poderoso destructor se hundió en el fondo del Atlántico Sur al sudeste de las islas, constituyente en el primer buque de la Royal Navy hundido después de la segunda guerra mundial.
Por esta acción se instituyó el "Día de la Aviación Naval", en conmemoración de aquel épico enfrentamiento que fue la primera operación aeronaval de guerra de la Armada Argentina.