Tras recuperar la Soberanía en las Islas Georgias del Sur y permanecer por más de 3 semanas en la posición, los soldados argentinos fueron atacados por los ingleses. Buques de guerra de gran porte y varios helicópteros fueron los designados para el ataque inglés en contra de la fracción argentina. En la posición estaba el grupo de Buzos Tácticos e Infantes de Marina que habían desembarcado el 2 de abril y como unidad de combate, estaba el Submarino A.R.A "Santa Fe".
Los ingleses sabían de la presencia del submarino, por eso acudieron al lugar los destructores tipo 42 HMS "Sheffield", HMS "Coventry", HMS "Glasgow", el destructor Calse County HMS "Antrim" y la fragata tipo 21 HMS "Arrow", con helicópteros a bordo, quienes luego atacarían al submarino argentino.
Ocho contra uno
Desde el buque insignia HMS "Antrim", se decidió que no se ingresaría hasta que la amenaza del submarino argentino esté controlada. Por ello, enviaron helicópteros. El primero fue un helicoptero Wessex que al ver al submarino salír de la bahía a gran velocidad (porque sabía del despliegue de buques ingleses) abrió fuego con cargas de profundidad.
El primer ataque fue soportado por el submarino, pero había dejado una avería, lo cual obligó a la nave a buscar resguardo. Luego sufrió el hostigamiento con fuego de ametralladora de un helicóptero Lynx y los marinos argentinos repelieron con fuego de fusil desde el puente del submarino. Al ataque se sumó un helicóptero Wasp, que puso fin a la situación con el lanzamiento de un misil guiado AS-12.
Este ataque provocó una avería en la vela del submarino y la herida grave de un marino que se encontraba en la cadena de aprovisionamiento de munición, al cual le costó la perdida de una pierna. Desde tierra las tropas argentinas apoyaban al submarino que venía navegando en persecución de los helicópteros.
Los argentinos, desde tierra, abrieron fuego hasta que la unidad puedo amarrar en el viejo muelle de madera. La tripulación del "Santa Fe", desembarcó, mientras que también lo hacían las tropas inglesas. A media tarde el contingente argentino rendiría la posición, a cargo del Capitán de Corbeta Horacio Bicain, comandante del Submarino y militar argentino de mayor rango en el lugar.
Honor naval y primer submarinista caído en combate
Con la unidad gravemente averíada por los ataques y la fracción rendida, se buscó sacar al submarino del muelle y llevarlo a un viejo amarradero de la antigua estación ballenera de Grytviken. Durante la maniobra, el comandante ordenó estabilizar la nave, por lo que el Suboficial Primero Maquinista Felix Artuso, en un último acto heróico, hizo honor al lema de la Armada Argentina "Es preferible irse a pique, que rendir el pabellón", accionó rápidamente algunas válvulas de neumáticas del buque. Esta situación provocó que el Royal Marine, que lo estaba custodiando, sospechara de un sabotaje para hundir la nave y sin dudar abrió fuego contra el marino argentino.
El "Santa Fe" llegaba a su último puerto. Comenzaba a hundirse y luego de un tiempo, solo se podía ver parte de la vela. Aquel submarino que aguantó el ataque feroz de las fuerzas británicas, se hundía en su tumba de guerra y permanecería en esas gélidas aguas de Georgias del Sur. El cuerpo del Suboficial Artuso, fue desembarcado y entrerrado en Grytviken, lugar donde hoy descansan sus restos.
