La comunidad religiosa vivió una fiesta más que surge de las raíces de la cultura riojana, en un clima de profunda fe y emoción se conmemoró el centenario de la Peregrinación Franciscana recordando el Tinkunaco.
La visita de la Virgen del Valle proveniente de Catamarca ayudó a que la peregrinación se convierta en una de las más concurridas, es que los riojanos en estos tiempos más difíciles se ampararon en la fé para el añoro de una Rioja mejor.
En la fiesta de San Francisco se recuerda el Tinkunaco –el “Encuentro de Dios con el Pueblo”- en lengua quechua, que conlleva la emoción indescriptible para el riojano creyente. Pasadas las 7 30 horas la iglesia de San Francisco, ubicada en el centro de la capital, se llenó de color donde los fieles aguardaban la salida de las imágenes para emprender el recorrido por calle Bazán y Bustos. La Banda del Centro de Educación Franciscano acompañó la peregrinación, como es usual, con la distinción de que ex alumnos también se sumaron a los estudiantes, es que la escuela cumple este año los 400 años de existencia.
Pasadas las 11 horas se realizó la reproducción de aquel encuentro en donde San Francisco Solano llevaba calma ante la disputa de los diagüitas y los colonizadores, en un silencio que estremecía, todos los presentes realizaron tres genuflexiones ante la imagen del Niño Jesús Alcalde reconociendo su devoción y pidiendo su bendición.
Luego de ello, las imágenes se trasladaron hacia la Iglesia Las Padercitas para vivir la eucaristía que coronaría la jornada.
Con la presencia del intendente Alberto Paredes Urquiza manifestó que "es hermoso que nos encontremos, que podamos caminar juntos y vivir permanente esta idiosincrasia, esto somos: una simbiosis de dos pueblos, ojalá podamos seguir construyendo entre todos".
En cuanto a la visita de la Virgen del Valle de Catamarca afirmó “ha sido un momento muy especial la recepción de nuestra madre del Valle, que vino a engalanar estos 100 años, la verdad que nos llena de orgullo y alegría contar con su presencia”.