En los últimos años, el árbol llamado Kiri o Emperatriz, ha causado furor a nivel global por sus 'múltiples beneficios sin consecuencias aparentes'. Es originario del Lejano Oriente, más precisamente de China, su fino tronco crece hasta 27 metros de altura y sus hojas pueden tener unos 40 o 60 centímetros de ancho. Pero no hay que dejarse engañar por su aspecto frágil, es un árbol muy fuerte y resistente.
Muchos se refieren a él como 'el árbol que puede salvar al mundo', debido a que: en un día puede absorber 20 kilos de dióxido de carbono a través de sus hojas; produce alrededor de 6 kilos de oxígeno por día; es muy fuerte y resistente ante enfermedades, plagas y sequías, y puede regenerarse y volver a crecer a pesar de sufrir quemaduras; también, el Kiri crece muy rápido, adaptándose a todo tipos de suelos y temperaturas, y se viste con unas hermosas flores color violeta claro.
Sin embargo, al cabo de unos años, todas sus virtudes son la causa de alarmas. Produce miles de semillas que se dispersan con el viento y crecen con impresionante rapidez. De las ramas de un Kiri se pueden producir nuevos árboles, si uno es talado se regenera sin ayuda y rebrota con facilidad después de un incendio. Por ello, los científicos temen que el kiri es una bomba de tiempo en potencia.
En Estados Unidos, es considerada hoy una especie invasora en 12 estados, está destruyendo los ecosistemas nativos de Maine a Florida y Texas, como así también el Pacífico Noroeste. También ha sido catalogada como “invasora” por países como Australia, Alemania, Brasil, Portugal y Colombia, y está incluida en la Base de Datos de Especies Invasoras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En España, el Kiri está incluido en la lista negra preliminar de especies exóticas invasoras elaborada por el Gobierno, aunque eso no impide su comercialización.
En Argentina, el Kiri fue introducido a fines de los años 60, tuvo un brote en los 70 y volvió a incrementare su cultivo en la década del 90. Con más de 3 mil hectáreas, Misiones es la provincia con más superficie de plantaciones. Actualmente, la Secretaría de Ambiente de La Rioja promueve la plantación del Kiri, y crece el miedo de que este árbol cause estragos en la biodiversidad provincial.
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