El pasado 18 de marzo se llevó a cabo las Primeras Jornadas Nacionales de Formación Profesional Continua en las Carreras de Ingeniería organizadas por el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería de la República Argentina (CONFEDI), bajo el lema “Dialogando sobre políticas públicas de cara a los nuevos estándares de las carreras de ingeniería”.
En el encuentro expusieron sus miradas sobre los cambios esperables en el diseño la enseñanza de la Ingeniería y sobre el rol social que le cabe en el presente y en futuro a la Universidad en general, el secretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación (SPU), Jaime Perczyk; el presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), licenciado Néstor Pan; María Delfina Veiravé, presidenta del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN); Rodolfo De Vincenzi, presidente del Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP); César Albornoz, subsecretario de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación; Roxana Puig, directora nacional de Gestión Universitaria del Ministerio de Educación de la Nación; Jorge Steiman, asesor de la Dirección Nacional de Gestión Universitaria; y Marcela Groppo, directora de Acreditación de la CONEAU.
Fueron moderadores Daniel Morano, excoordinador de Calidad Universitaria del Ministerio de Educación y socio adherente del CONFEDI; y Alejandro Martínez, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y Presidente de la Comisión de Enseñanza del CONFEDI. La reunión fue inaugurada y clausurada por el presidente del CONFEDI y decano de la Facultad de Ingeniería de Lomas de Zamora, Oscar Pascal.
El Secretario de Políticas Universitarias se refirió a la importancia de haber trabajado con una mirada de mejora continua tanto desde las políticas públicas como desde el conjunto de las Facultades de Ingeniería en la búsqueda de consensos que potencien los logros que ha alcanzado el sistema universitario a lo largo de su historia. En los últimos veinte años, las Carreras de Ingeniería han avanzado en la definición de estándares de calidad, en la homogeneización de las trayectorias formativas que garantizan las actividades reservadas a los profesionales que egresan de ellas y a la racionalización de la diversidad de las ofertas.
Asimismo, el Secretario reflexionó sobre la necesidad de que las políticas de Estado vayan acompañadas por la correspondiente asignación de recursos presupuestarios que permiten sostener el Sistema Universitario argentino inclusivo, único en el mundo, manteniendo la excelencia de la formación. Invitó a asumir el desafío de garantizar que aquellas y aquellos estudiantes que pueden acceder al Sistema Universitario “se queden adentro” incrementando los índices de graduación. Asimismo, convocó a conducir a las Facultades con perspectiva de género y a propiciar la articulación con el Nivel Secundario, la formación técnica superior y la certificación parcial de los estudios universitarios.
Por su parte el Presidente de la CONEAU inició su exposición con una pregunta: “¿Tenemos que ir a nuevos diseños curriculares?” que respondió el propio licenciado Néstor Pan: “Nosotros (la Argentina) pasamos por un proceso de poderosa inversión en educación entre los años 2003 y 2015, se crearon trece universidades nacionales de gestión privada y veinticinco de gestión pública y cuando se mide el impacto de estas acciones resulta inferior a lo esperado”. La participación de las Universidades privadas en el total de las Universidades Nacionales, a pesar de la mayor presencia financiera del Estado, aumentó del 13,9% al 21,6% en el período mencionado.
Destacó que luego de las primeras acreditaciones de las carreras de Ingeniería con los Estándares aprobados por el Ministerio de Educación en 2001, se logró “en los siete años iniciales un crecimiento en la calidad muy importante en las Carreras de Ingeniería, con un impacto particular en la pos graduación, en los Laboratorios, en los indicadores Docentes, en mejoras en todos los sentidos”, aunque remarcó que persiste una muy baja tasa de graduación en el Sistema Universitario, que alcanza los valores históricos más bajos en el conjunto (25%) y en particular en las carreras de Ingeniería, que oscila entre el 9% y el 13%. Esto significa que cada cien alumnos que ingresan a las Universidades Nacionales para cursar Carreras de Ingeniería sólo se reciben entre 9 y 13.
Entonces, cuando nos referimos a un cambio de estándares, a un cambio de diseño curricular, se debe partir del reconocimiento de que la productividad en las carreras de Ingeniería -esto es la formación de ingenieras e ingenieros- es muy baja. Adicionalmente, se produce una concentración en el sistema que se pone de manifiesto al considerar que el 83% de la totalidad de los graduados universitarios corresponden a instituciones públicas o privadas de cinco distritos argentinos: Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Luego de hacer un breve análisis sobre la caída de la producción de la industria nacional en los últimos años, el licenciado Pan se pregunta, nos pregunta: ¿pueden tener las carreras de Ingeniería el mismo comportamiento que las otras, cuando necesitamos tanto de las Ingenierías?
Al respecto planteó cinco cuestiones básicas a resolver: a) alta concentración de la matrícula universitaria en determinadas carreras que nos son científico tecnológicas; b) ausencia de planificación de carreras estratégicas en términos históricos y de una mirada crítica hacia el interior de los problemas de las propias Carreras; c) baja tasa de graduación, que en muchas oportunidades se debe a que las empresas contratan alumnos avanzados por la falta de oferta de profesionales; d) baja tasa de retención y ausencia de certificaciones continuas de avances en los estudios universitarios y e) impacto negativo de la pandemia en las Carreras de Ingeniería, que puso de manifiesto que es imposible que las Ingenierías se enseñen a través de sistemas de aprendizaje a distancia de manera permanente y con la calidad suficiente.
Concluyó que hoy el mundo del trabajo tomó un nuevo formato de demanda y es necesario que las Facultades de Ingeniería se integren a las empresas para conformar un nuevo marco de asociatividad de modo de compartir los nuevos universos de perfiles profesionales.
La rectora Veiravé hizo hincapié en la necesidad de plantear al interior de las Universidades algunos de los ejes temáticos adoptados por el Consejo Económico Social, recientemente creado, como ser el rol del campo de las Ingenierías, la innovación en las modalidades curriculares, la promoción de habilidades tecnológicas en sectores sociales más vulnerables, el desarrollo inclusivo de la Ley de Economía del Conocimiento, la reducción de la brecha digital de género, la capacitación tecnológica a docentes hacia el Mundo 4.0 y el desarrollo de herramientas digitales para la enseñanza y el aprendizaje.
El rector De Vincenzi planteó una cuestión vinculada con la filosofía de la diversidad en la Educación Superior: “¿Cómo balancear la diversidad propia de la Instituciones Universitarias con la homogeneidad de los estándares y de las normas de calidad?”. Una buena respuesta la da la segunda generación de estándares de Carreras de Ingeniería aprobados por el Consejo de Universidades y próximos a ser aplicados por las Unidades Académicas. La Universidad homogénea es un oxímoron. Si bien se necesita una convergencia de valores y objetivos, el peso de la cultura académica y de la presión de las propias Universidades lleva al riesgo de fijación de criterios que resulten homogéneos. La homogeneidad no es equivalente a la calidad. La brecha entre las competencias profesionales que desarrollan las Universidades y las competencias que demanda el mercado es notable.
Del encuentro participamos más de cien decanas y decanos de Facultades, Institutos y Escuelas de Ingeniería de Universidades Nacionales de Gestión Pública y Privada, secretarios académicos y directores de Carreras de Ingeniería. Fue abierto al público en general a través del canal de streaming del CONFEDI.
Una de las conclusiones que surgen de las Primeras Jornadas Nacionales es la necesidad de hacer foco en los resultados de los aprendizajes y en centrar la aplicación de los recursos públicos de manera eficiente de modo que, dentro de las limitaciones conocidas, cada institución del Estado cumpla su rol y sea evaluada en consecuencia. Las Universidades Nacionales, en especial las de gestión pública, tienen por misión generar nuevos conocimientos, extender los beneficios de estos conocimientos a la sociedad y formar profesionales y técnicos en las disciplinas vinculadas con su oferta académica. A estas cuestiones nos dedicamos en las Carreras de Ingeniería.
(*) Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Jujuy.