Con el debido permiso de la Pachamama, las comunidades andinas de Jujuy llevan adelante en estos meses una provechosa temporada de chakus -el proceso de arreo, captura y esquila sustentable de animales en silvestría- que ya les ha permitido acopiar 570 kilos de fibra de vicuña apta para ser comercializada.
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Entre septiembre y octubre se realizó 18 chakus y están programados una decena más hasta fin de año.
Jujuy es una de las provincias que cuenta con mayor población de vicuñas en su territorio, “lo que da cuenta del compromiso de gestión en materia de política de conservación de la biodiversidad”, dijo Daniel Zenón, director de Biodiversidad y Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente provincial, área que promueve fuertemente la actividad.
“Se trata de un proceso que se fortaleció los últimos cinco años, despertando un gran interés de las comunidades de la Puna y de las instituciones participantes. Todos tienen un verdadero compromiso y un sincero respeto por los animales a la hora de realizar los chakus”, remarcó el funcionario.
SUSTENTABILIDAD Y DESARROLLO EN LA PUNA
El propósito fundamental de las prácticas es realizar el arreo, la captura y la esquila -lo que se denomina “chaku”-, garantizando el bienestar y la conservación de la población de vicuñas en silvestría, todo en el marco del Plan de Manejo Sustentable.
Equipos técnicos y logísticos del Ministerio de Ambiente local acompañan a las Comunidades Andinas Manejadoras de Vicuña (CAMVI) en los procesos de esquila sustentable de animales en silvestría junto con profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Subsecretaría de Agricultura Familiar (SAF) de la Nación.
Las esquilas continuarán en noviembre y diciembre en las comunidades de Quera, Suripujio, Coyaguayma, Barrios, Lagunillas del Farallón, Oratorio, Olaroz y Quebraleña.
Estas dos últimas realizarán la experiencia por primera vez, tras haber participado de talleres formativos y haber recibido el correspondiente asesoramiento técnico.
Uno de los objetivos de la práctica es que las CAMVI continúen incrementando el volumen de fibra acopiada e incursionar en agregado de valor y manufactura, de modo de fortalecer esta práctica ancestral que conjuga valores culturales y ambientales de respeto de la biodiversidad.
Este año se prevé realizar cerca de 30 chakus en total, después que en 2020 las CAMVI se abstuvieran de realizar esquilas a causa de la pandemia de coronavirus.
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Los equipos técnicos del Ministerio de Ambiente junto a miembros de las CAMVI dictan talleres formativos, contribuyen con la instalación de los módulos fijos, asesoran técnicamente a los pobladores de la zona, participan de los procesos de esquila, registran los datos y resultados de cada chaku, entre otras actividades.
Con el plan de trabajo puesto en marcha en la presente temporada -o “año vicuñero”, como se dice en la jerga del sector- se procura “favorecer y sostener esta práctica cultural y productiva ancestral en las comunidades andinas, asegurando el aprovechamiento sostenible de este recurso natural de la biodiversidad, y permitiendo a su vez el desarrollo de las economías locales”, resumió Zenón.