Ante una multitudinaria concentración de fieles que se dio cita este domingo en el Santuario de Río Blanco (ubicado a 10 kilómetros de San Salvador de Jujuy) para celebrar el 90° aniversario de la Diócesis de Jujuy, se dio lectura a una carta enviada por el papa Francisco con motivo de la ocasión.
La masiva celebración que estuvo encabezada por el obispo diocesano de Jujuy, monseñor César Daniel Fernández, y el párroco rector del Santuario de Río Blanco, padre Germán Maccagno, contó con las presencias del arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, y del obispo de la Prelatura de Humahuaca, monseñor Féliz Paredes Cruz, entre otros sacerdotes y religiosos de las Diócesis de Salta y Jujuy.
También estuvo la directora de Culto del Gobierno de Jujuy, Elisa Gianuzzi, en representación del gobernador Carlos Sadir.
Luego de una procesión, misa central y bendición de los santos patronos San Salvador y la Virgen del Rosario de Río Blanco y Paypaya, el monseñor Fernández pronunció una homilía en la que sintetizó la historia de la vida de la Diócesis, al tiempo que expresó su agradecimiento al arzobispo de Salta y al prelado de Humahuaca por el acompañamiento.
En un pasaje de sus palabras el Obispo de Jujuy explicó que “el acto de creación de una Diócesis por parte del Papa responde al reconocimiento de que, en ese territorio, están dadas las condiciones necesarias para sostener la vida de una Iglesia particular y que existe un número importante de presbíteros y de fieles para dar consistencia a la misma; además de ser conveniente y necesario para una mejor tarea evangelizadora y misionera en ese territorio”.
LAS RAÍCES DE LA FE CATÓLICA EN JUJUY
Puso también en relieve que “todas las Iglesias del NOA provenimos de una larga historia que hunde sus raíces en la primera evangelización que se da ya a mediados del siglo XVI”, punto en el que refirió que las noticias de los primeros religiosos que se establecen definitivamente en la región datan de 1561.
“Una página de oro en la historia de la evangelización en nuestra tierra la escriben los mártires del Zenta, martirizados el 26 de octubre de 1683, entre los que contamos al beato sacerdote jujeño don Pedro Ortíz de Zárate”, resaltó.
“Ahí están nuestras raíces, aquello que hoy venimos a agradecer a Dios: el inestimable regalo de nuestra fe cristiana, marcada para siempre por la gracia bautismal y que nos hace pertenecer para siempre a Dios”, subrayó, a la vez de asegurar que “este tesoro de la fe cristiana recibido en la Iglesia, donde la mayoría de ustedes ha sido bautizados, confirmados, perdonados, este tesoro de la fe es para compartirlo con todos, es para llevarlo a todos”, convocó.
Más adelante, poniendo el acento en el carácter festivo de la recordación, Fernández propuso a los feligreses como celebración de este aniversario “fomentar el desarrollo de la vocación misionera de todos los bautizados y embarcarnos juntos en una misión diocesana en las vacaciones de julio, que sea como un paradigma, no para agotar las fuerzas en una semana, sino para que nos instale en una misión permanente que nos lleve a todas las periferias humanas y existenciales donde nuestros hermanos y hermanas necesiten conocer o redescubrir la fuerza transformadora de la fe que nos hace vivir en la intimidad con Dios y en el calor familiar que brinda la comunidad de los bautizados en la Iglesia”.
DESDE EL VATICANO, UN MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO
Al término de la homilía del Obispo, se dio lectura a la misiva enviada por el papa Francisco, que fue recibida con júbilo y atentamente escuchada por la multitud de fieles presentes.
En su texto a los católicos jujeños el Papa escribió: “Celebrar tantos años de vida es una ocasión para dar Gracias a Dios por los beneficios recibidos en este tiempo en esa porción de su pueblo. Al mismo tiempo es una oportunidad para renovar el compromiso misionero que dio origen a la creación de la Diócesis”.
“Como lo han hecho a lo largo de estos 90 años tantos misioneros consagrados y laicos juntos a sus pastores, por favor, les pido que no dejen de salir a buscar a todos, para que nadie se sienta excluido del amor de Dios”, alentó el Santo Padre, que se despidió con su línea habitual: “Rezo por ustedes y les envío mi bendición. Les pido que no dejen de rezar por mí”, concluye el papa Francisco en su misiva.
La jornada se completó en Río Blanco con la participación de diversas instituciones, movimientos, pastorales y otras iniciativas diocesanas que expusieron sus actividades y proyectos en una muestra montada en instalaciones del Colegio San Alberto Magno.