El ministro de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia, Javier Zabaleta, manifestó que al Gobierno de su país le "preocupa la presencia de militares norteamericanos comandando a las tropas argentinas", dicho esto en referencia al despliegue de efectivos del Ejército Argentino en la ciudad de La Quiaca como parte de las acciones diagramadas en el marco del Plan de Fronteras Protegidas dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional.
Como se recordará, el pasado 17 de agosto el presidente Mauricio Macri llegó a Jujuy para activar el primer operativo de dicho plan, que en la práctica fue poner oficialmente en servicio un escuadrón compuesto por cincuenta efectivos con asiento en el Regimiento de Infantería 20 "Cazadores de los Andes" que colaborarán en las tareas de lucha contra el narcotráfico y otros ilícitos fronterizos.
El presidente boliviano Evo Morales había manifestado entonces que con estos movimientos Argentina buscaba amedrentar a su país, dijo que en estas maniobras militares estaban involucradas tropas norteamericanas y consideró amenazante esa presencia a escasos kilómetros de la línea de frontera.
En línea con esto, su ministro de Defensa, Javier Zabaleta, en declaraciones que reproduce el diario El Deber, de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, opinó que el establecimiento de las tropas argentinas a tan poca distancia de la ciudad boliviana de Villazón no es un reflejo de "las buenas relaciones de nuestros pueblos", aunque expresó su confianza en que esta situación no afectará las relaciones entre ambos países.
No obstante, Zabaleta dejó entrever su punto de vista en cuanto a que "se puede combatir de otras formas el crimen organizado sin la necesidad de militarizar la frontera", interpretó El Deber.
Cabe señalar que el medio gráfico santacruceño desplazó hasta el departamento fronterizo Modesto Omiste un enviado especial que cruzó el puente internacional "Horacio Guzmán" para indagar en La Quiaca acerca de la presencia de los militares argentinos en la zona y en ese cometido tomó el testimonio de un jefe militar argentino que negó cualquier sesgo amenazante para con el vecino país, y entrevistó al intendente quiaqueño Miguel Tito, quien también rechazó de plano las sospechas de las autoridades bolivianas.