Los nervios lo traicionaron, los gendarmes lo advirtieron y todo acabó: esta vez no pudo pasar con la carga de cocaína que traía.
La operación "Puchos Blancos" fue desarrollada por el Escuadrón Orán de la Gendarmería Nacional sobre la Ruta Nacional N° 50. A la altura del paraje La Escuelita, ubicado a la altura del kilómetro 61, los gendarmes emplazaron un control vehicular.
En un momento, al paso de automóviles los uniformados dieron la voz de alto al conductor de un remise que transportaba a tres personas.
El auto se detuvo y al hacer el control de rutina, los gendarmes notaron claros síntomas de nerviosismo en uno de los pasajeros. De inmediato activaron el protocolo de actuación previsto para estos casos y profundizaron la requisa sobre los bultos que se encontraban en el baúl del vehículo, perteneciente a una conocida empresa de remises que opera en la zona.
A simple vista hallaron una bolsa de arpillera de gran tamaño, propiedad del hombre que se comportaba de manera sospechosa. Siguiendo el instructivo del programa "Argentina sin Narcotráfico" se requirió la presencia de testigos y extrajeron el contenido de la bolsa.
Se trataba de dos grandes cajas de cigarrillos extranjeros de la marca Rodeo. Pero el procedimiento no terminó allí: al corroborar el contenido de las cajas se dieron con que no se trataba de un caso de contrabando sino de una maniobra de narcotráfico.
Dentro de los cartones había en realidad 43 paquetes de estupefacientes.
Como es de práctica, los efectivos informaron al Juzgado Federal y la Fiscalía Federal de Orán, y recibieron instrucciones de realizar las pruebas de rigor, que arrojaron un peso total de 45 kilos 27 gramos de cocaína.
La droga fue decomisada y el pasajero “narco” fue puesto a disposición de la Justicia.