Los hospitales públicos de Bolivia permanecieron cerrados este viernes por una huelga médica en reclamo de mejores condiciones de trabajo, tras la muerte en menos de un mes de dos médicos infectados por un agresivo virus.
Con la aparición del arenavirus, causante del fallecimiento de un agricultor y dos médicos -y que tiene a un tercer galeno en condiciones críticas-, "se ha demostrado que estamos totalmente desprotegidos", protestó el presidente del colegio de médicos de La Paz, Luis Larrea, que encabezó una manifestación por las calles de esa capital.
La protesta, caracterizada por marchas callejeras, se extendió a todo el país donde "hay un acatamiento del ochenta por ciento a la huelga, (excepto) los servicios de emergencia que están atendiendo", informó Larrea.
Los médicos reclaman mejores condiciones de bioseguridad, de infraestructura y un mayor presupuesto para la salud, además de la renuncia de la ministra de Salud, Gabriela Montaño, que se negó a declarar alerta sanitaria por el arenavirus.
Un médico boliviano falleció el miércoles por complicaciones derivadas de una infección del arenavirus, la segunda muerte de un médico en Bolivia vinculada a ese virus, en el último mes. Un tercero se encuentra en situación crítica en terapia intensiva.
Las organizaciones sindicales de médicos amenazaron al gobierno con una huelga de 48 horas la próxima semana si estas condiciones de trabajo no son revertidas.
Con las protestas los médicos quieren llamar la atención sobre "las condiciones de salud necesarias porque creemos que estamos expuestos a todo lo referente a las infecciones en los hospitales", añadió Larrea.
Por su lado, la ministra Montaño convocó a los médicos a una reunión para el próximo lunes "habida cuenta que el trabajo técnico acordado entre partes en reuniones anteriores no ha concluido y debe continuar".
Las condiciones precarias en los hospitales públicos se dispararon tras la promulgación en febrero de una ley que implementa un inédito plan universal y gratuito de salud.
El flamante Sistema Único de Salud (SUS) pretende alcanzar a casi la totalidad de la población de 11 millones de habitantes que tiene Bolivia.
Los médicos se oponen a la medida hasta que haya mejores condiciones, entre éstas el ajuste de la partida para salud del 6,5% actual al 10% del Presupuesto General del Estado (PGE).
Para 2019 el PGE es de 286.278 millones de bolivianos, unos 41.131 millones de dólares. (AFP)