El secretario de Estado norteamericano Antony Blinken y el canciller Serguri Lavrov se reunieron este viernes en Ginebra para evitar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Estados Unidos aseguró que las represalías contra Moscú serán extremas si se produce el ataque.
A pesar de que el 10 de enero hubo una reunión prolongada, el país rojo despliega miles de soldados en la frontera de Ucrania prepararándose para un inminente ataque. Sin embargo, Lavror indicó que la capital rusa “no espera avances”.
“Enfrentamos tiempos difíciles y resolverlos no se hará rápidamente. No espero que los solventemos en Ginebra”, dijo Blinken desde Suiza y agregó: “Pero podemos avanzar en el entendimiento mutuo. Si Rusia desescala la tensión en el terreno, “eso nos puede alejar de la crisis en las semanas venideras”, aseveró.
Por su parte, días atrás, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, opinó que si Vladimir Putin avanza hacia Ucrania podría tener consecuencias severas que serían un “desastre para Rusia”.
El origen del conflicto entre Rusia y Ucrania
Desde 2014, Ucrania se enfrenta con los separatistas prorurusos en la región Donbás, al sureste del país, que ha dejado miles de víctimas. Los mismos son apoyados por Rusia, que ese año, se apoderó la península de Crimea a través de un referéndum considera ilegal.
La demandas de Moscú en las reuniones de este viernes es que Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no envíe fuerzas a Ucrania, ya que plantean un desafío de seguridad que agrava el conflicto.
“Se nos acabó la paciencia”, dijo Lavrov en una conferencia de prensa y sentenció: “Occidente fue impulsado por la arrogancia y exarcebó las tensiones en violación de sus obligaciones y el sentido común”.
Cabe destacar, que el próximo lunes se reunirá la Unión Europea para considerar la tensa situación y si es necesario, preparar fuertes sanciones para Rusia.