El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y otros aspirantes presidenciales republicanos intentaron culpar al gobierno de Joe Biden después de que extremistas de Hamás lanzaran el ataque más sangriento en décadas contra Israel, al mencionar una transferencia de 6.000 millones de dólares a Irán que funcionarios de Washington indicaron el sábado que aún no se han utilizado.
El sorpresivo ataque de Hamás a primeras horas del sábado durante una importante festividad judía marca un nuevo frente en política exterior en una elección presidencial inusualmente dominada por asuntos externos.
La actual invasión de Rusia a Ucrania ha dividido al campo republicano, en que algunos como Trump y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, cuestionan la continua implicación de Estados Unidos, mientras otros como el vicepresidente Mike Pence insisten en que apoyar al ejército ucraniano es vital para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos.
El sábado, los aspirantes presidenciales parecían unidos en su apoyo a Israel. ”La invasión terrorista de Hamás contra territorio israelí, el asesinato de soldados israelíes hoy y el asesinato brutal de civiles es un acto de salvajismo que debe ser y será aplastado”, declaró Trump en un acto en Waterloo, Iowa. “Habrá que enfrentarlo con mucha fuerza”.
Añadió que durante el gobierno de Biden, a Estados Unidos se le percibe como “débil e inefectivo” en la escena global, lo que abre las puertas a la hostilidad. ”No tuvieron ese nivel de agresividad conmigo. No lo tuvieron. Jamás habría sucedido conmigo tampoco”, señaló Trump.
Gran parte de las críticas republicanas se centraron en un complejo acuerdo alcanzado en septiembre por el gobierno de Biden para conseguir la liberación de cinco ciudadanos estadounidenses detenidos en Irán. Como parte del convenio, aproximadamente 6.000 millones de dólares en activos iraníes congelados y retenidos en Corea del Sur fueron transferidos a una cuenta en Doha, Qatar.
Aunque Hamás es un grupo musulmán suní, tiene un ala paramilitar que ha forjado lazos estrechos desde hace mucho tiempo con Irán, que es una fuente de financiamiento y una potencia chií. A Hamás e Irán los une una enemistad compartida hacia Israel.
Funcionarios del gobierno estadounidense dijeron el sábado que ningún dinero de la cuenta en Doha se ha utilizado a la fecha. La cantidad no proviene de dinero de los contribuyentes de Estados Unidos, subrayaron altos funcionarios del gobierno de Biden, sino de pagos realizados por Corea del Sur a Irán por la compra de petróleo en los últimos años.
Los fondos se mantenían congelados en Corea del Sur debido a sanciones estadounidenses. Ese dinero ahora se encuentra en una cuenta restringida en Doha y está destinado a ser utilizado únicamente con fines humanitarios —como alimentos y medicinas para la población iraní— y está administrado por lo que Washington describió como proveedores aprobados no iraníes.