Se acercan las Fiestas y, para millones de dueños de mascotas, la alegría se mezcla con la angustia. ¿Sabías que lo que nosotros percibimos como un espectáculo de luces, para ellos es una amenaza directa a su supervivencia? Patricia Paredes, médica veterinaria del equipo de Natural Life (M.P 7387), advierte que el oído hipersensible de perros y gatos percibe estas explosiones con una intensidad mucho mayor que la humana, activando un instinto incontrolable de “lucha o huida“.
Si quieres evitar que tu compañero sufra taquicardia, pánico o incluso traumas permanentes este fin de año, esta guía basada en evidencia veterinaria es para vos.
Perros vs. Gatos: El sufrimiento no siempre se ve igual
Un error común es pensar que si el animal no está ladrando, no está sufriendo. La Dra. Paredes aclara que ambas especies sufren por igual, pero lo demuestran de formas opuestas:
- Perros (El pánico visible): Sus reacciones son explosivas. Tiemblan, ladran, intentan escapar (con riesgo de perderse), orinan por miedo y buscan desesperadamente protección en sus dueños.
- Gatos (El sufrimiento silencioso): Su angustia es menos visible pero igual de severa. Tienden a volverse muy callados y buscan esconderse en armarios o bajo las camas. Cuidado: Su curiosidad puede llevarlos a ingerir restos de pirotecnia, causando intoxicaciones graves.
El estrés en gatos puede ser tal que dejen de comer o se vuelvan agresivos al sentirse acorralados.
Las “Micro-señales” que estás ignorando
Mucho antes de que tu perro corra a esconderse, ya te está diciendo que tiene miedo. Detectar estas señales tempranas es vital para intervenir a tiempo. Según los expertos, debes estar atento a:
- Bostezos repetitivos fuera de contexto.
- Lamidos constantes de hocico.
- Orejas caídas y cola baja.
- Deambular sin rumbo (inquietud).
Ignorar estos signos puede derivar en fobias crónicas o estrés postraumático, afectando su salud física y mental a largo plazo.
Estrategia de defensa: Crea un “Búnker Seguro”
No hace falta remodelar tu casa, pero sí prepararla. La recomendación veterinaria para los días festivos es clara: nunca dejes a tu mascota sola durante los fuegos artificiales, ya que el pánico puede causar que se lastimen o escapen. En su lugar, crea un refugio siguiendo estos pasos:
- Aislamiento: Elige una habitación interior, preferiblemente sin ventanas o con cortinas cerradas para bloquear los destellos.
- Camuflaje auditivo: Usa música relajante o “ruido blanco” para enmascarar los estruendos.
- Zona de confort: Coloca allí su cama, mantas y juguetes favoritos.
- Anticipación: Adelanta los paseos y las comidas para que, a la hora de los cohetes, sus necesidades fisiológicas estén cubiertas.
¿Medicamentos o métodos naturales?
Ante la ansiedad severa, muchos dueños se preguntan si deben medicar. La respuesta es sí, pero siempre bajo estricta supervisión veterinaria. Consultar semanas antes permite ajustar ansiolíticos o tratamientos homeopáticos según la necesidad del animal.
Sin embargo, existen alternativas naturales altamente efectivas que puedes probar:
- Técnica Tellington Ttouch: Masajes suaves diseñados para reducir el estrés.
- Feromonas y hierbas: El uso de difusores de feromonas, valeriana o pasiflora ayuda a calmar el ambiente.
- Desensibilización: Semanas antes, puedes usar sonidos grabados de fuegos artificiales a bajo volumen, premiando la calma y subiendo la intensidad gradualmente.
El llamado a la conciencia social
Más allá de lo que hagamos en casa, la solución definitiva es colectiva. Los especialistas impulsan campañas para reducir el uso de pirotecnia ruidosa, recordando que el estrés acústico no solo afecta a los animales, sino que activa respuestas físicas peligrosas como taquicardia e hiperventilación.
