Algo que quizá ya se intuía, pero que ahora quedó demostrado a través de un estudio científico publicado por la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, donde se da cuenta de que la raza de los perros no es determinante en sí de su comportamiento.
Mediante el cruce de datos genéticos y encuestas, se llegó a la conclusión de que el comportamiento de un can se ve afectado por el entorno, y su raza no es determinante para que actúe de una manera en particular. En otras palabras, lo que se quiere dar cuenta es que no hay razas de perros “más agresivas” que otras, según lo investigado.
Asimismo, según este artículo que ya fue publicado en la revista Science, solo el 9% de las diferencias de personalidad entre los perros se da por estar relacionadas con los diferentes tipos de razas.
El estudio comparó datos genéticos de más de 2.155 canes con los resultados de una encuesta a personas que conviven con ellos (unos 18.385). Hubo 128 razas distintas en la muestra.
De allí se desprendió que, si bien la mayoría de las formas de conducta son hereditarias, las diferencias entre las razas son bastante sutiles, por lo que los factores que hacen a sus comportamientos son muy variados.
¿Por qué un perro es agresivo?
Teniendo en cuenta que no es la raza la que determina por completo el comportamiento de un perro, el entorno social del can es el que sí va a determinar, en su inmensa mayoría, su forma de comportarse.
Es por ello que en su período sensible, que va de los dos a los cuatro meses, es conveniente socializar lo más posible con el animal a fin de lograr ese vínculo más afectivo.