Tres trasplantes simultáneos fueron realizados en el hospital pediátrico Garrahan días atrás, gracias a la donación multiorgánica de una persona de la localidad bonaerense de Junín.
Hasta ese lugar se trasladó un equipo del centro médico para realizar la ablación. Esta etapa del proceso suele ser compleja porque es necesario una coordinación muy precisa de todos los equipos de trabajo.
Cuando desde un hospital público de Junín dio aviso de un donante multiorgánico. De esa manera, se esperaba poder realizar un trasplante de hígado a una nena de 12 meses, uno de corazón a un nene de 4 años y otro bipulmonar a una adolescente de 13.
La realización de los tres trasplantes incrementó la cantidad de personal necesario, por lo que con la intervención de las diferentes áreas se llegó a involucrar a casi cien personas. Una vez confirmada la donación, lo principal era coordinar la logística a la perfección, ya que es una etapa fundamental que debe ser programada y realizada de forma muy precisa.
Cómo fue la etapa de ablación
Desde que se efectúa la ablación, el tiempo de isquemia fría (el período transcurrido desde que el órgano es preservado en un estado hipotérmico hasta su trasplante en el receptor) para un corazón o pulmón es de cuatro horas, mientras que para el hígado ese periodo puede extenderse entre 24 y 36.
“El problema que se planteó es que en Junín no hay aeropuerto y tuvimos que buscar uno alternativo, en Chacabuco, y usar un avión más pequeño -turbohélice- porque era una pista de tierra”, dijo Mariano Boglione, uno de los coordinadores del Centro Quirúrgico del Garrahan.
El especialista que encabezó el equipo que implantó el pulmón e integró la comitiva que viajó a intervenir al donante, precisó que del operativo de ablación participaron seis profesionales, incluido el piloto.
Una vez en el Garrahan, y con el centenar de profesionales y técnicos ya preparados, comenzaron las intervenciones.
Cómo se coordinaron las intervenciones
Para el trasplante cardíaco, que se desarrolló en 4 horas y 50 minutos, se utilizó un corazón más grande porque el paciente receptor tenía hipertensión pulmonar.
La intervención no difirió de una práctica habitual para el equipo, aunque sí hubo profesionales de esta área colaborando en el trasplante bipulmonar que requirió el uso de bombas de inflación extra corpórea y se prolongó por seis horas.
La adolescente de 13 años que recibió el pulmón era una chica sana hasta hace un año y medio, pero una neumonía necrotizante le dejó una secuela para la que el único tratamiento posible era el trasplante.
Oscar Imventarza, jefe de Trasplante Hepático del hospital Garrahan, destacó que “la logística enorme para hacer tres simultáneos es el diferencial de este trasplante” y destacó la eficacia lograda en “coordinar, tener los quirófanos listos y que más de 100 personas que no estaban en ese momento, se reúnan en el hospital y hayan participado del operativo”.
“Este triple trasplante significa que el Hospital Garrahan sigue llevando en alto la bandera de la trasplantología infantil en la Argentina y eso es muy importante”, valoró el especialista, y agregó que prosiguen “trabajando en la senda de hacer cuarenta y cinco trasplantes hepáticos por año para mejorar la calidad de vida de los pacientes”.
El servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan está por cumplir los 1000 trasplantes luego de haber sido el primero en realizar un trasplante hepático pediátrico en un hospital público de Argentina, en 1992.