Falleció el arzobispo anglicano Desmond Tutu este domingo a los 90 años en Ciudad del Cabo. Fue símbolo de resistencia contra el apartheid y Premio Nobel de la Paz en 1984.
Así lo anunció el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, a través de sus redes sociales: “Desmond Tutu fue un patriota sin igual; un líder de principios y pragmatismo que dio sentido a la percepción bíblica de que la fe sin obras está muerta. Oramos para que el alma del Arzobispo Tutu descanse en paz, pero que su espíritu sea el centinela del futuro de nuestra nación”.
“El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo en la despedida de nuestra nación a una generación de sudafricanos destacados que nos han legado una Sudáfrica liberada”, agregó.
Una vez concluido el apartheid y con Nelson Mandela elegido como presidente, Desmond Tutu presidió la Comisión para la Verdad y la Reconciliación (CVR) en 1995 y dio a conocer la verdad sobre las atrocidades cometidas durante los años de represión.
Durante sus últimos años de vida, Tutu trabajó en cuestiones sociales y en campañas globales, tales como la lucha contra el cambio climático, y la promoción de la Alianza de las Civilizaciones (2005) para avanzar en el diálogo entre el mundo islámico y el occidental.
También se manifestó contra la corrupción de los nuevos poderes de Sudáfrica en democracia y contra las violaciones de derechos humanos protagonizadas en África por líderes autocráticos como Robert Mugabe (Zimbabue).
Desmond Tutu también alzó su voz contra las posturas rígidas de la Iglesia Anglicana, por ejemplo la eutanasia o la homosexualidad.
Quién fue Desmond Tutu
Desmond Tutu nació en 1931 en Klerksdorp, una pequeña localidad al suroeste de Johannesburgo.
Su deseo era ser médico pero ante la falta de recursos de su familia hizo que se formara como profesor, al igual que su padre.
De 1954 a 1957 ejerció como maestro de escuela. Luego, en 1960 y tras haber cursado Teología, fue nombrado pastor anglicano.
Los siguientes años los dedicó al estudio en Londres. En 1975, fue designado decano de la catedral anglicana de Johannesburgo, convirtiéndose así en el primer hombre negro que accedió al cargo.
Vivió en el distrito de guetos de Soweto, donde fue testigo de una de las etapas más difíciles del apartheid, con las protestas estudiantiles de 1976 en las que murieron más de 600 personas.
Al año siguiente fue nombrado obispo de Lesoto y, después, fue designado secretario general del Consejo de Iglesias Sudafricano. Asimismo, empezó a mostrar su apoyo al movimiento de la Conciencia Negra e intensificó su activismo contra el apartheid hasta convertirse en un símbolo de lucha y resistencia a nivel internacional.
Más tarde, Nelson Mandela, quien describía al arzobispo como “la voz de los de los que no tienen voz”, le encargó presidir la Comisión de la Verdad y Reconciliación.