Con la llegada del invierno, encender la calefacción del auto se vuelve un gesto automático para muchos conductores. Sin embargo, abusar del sistema puede tener efectos negativos tanto en el consumo de combustible como en el confort del viaje. Por eso, especialistas en automoción recomiendan una temperatura puntual para equilibrar comodidad, seguridad y eficiencia al manejar.
¿Cuál es la temperatura ideal para la calefacción?
Aunque muchos conductores suelen regular la calefacción en 23 o incluso 24 grados, lo cierto es que la temperatura óptima está entre los 20 y 21 grados. Este rango permite mantener una sensación térmica agradable sin exigir de más al sistema del vehículo.
Además de cuidar el rendimiento, este ajuste evita el exceso de calor, que puede generar ambientes secos, pesadez, cansancio e incluso somnolencia al volante, un riesgo que se acentúa en trayectos largos o en horarios nocturnos.
¿Por qué no conviene usar la calefacción en temperaturas muy altas?
A diferencia del aire acondicionado, que necesita un compresor para enfriar el aire, el sistema de calefacción toma el calor del motor y lo impulsa hacia el habitáculo. Aunque no genera un consumo energético tan alto, sí pone a trabajar más al sistema de ventilación y puede influir en la eficiencia general del auto.
Estas son algunas razones por las que no es conveniente subir tanto la calefacción:
- Mayor consumo de combustible, especialmente si el sistema no está bien mantenido.
- Ambientes secos y pesados que reducen el nivel de concentración del conductor.
- Empañamiento de vidrios, si no hay buena ventilación cruzada o recirculación regulada.
- Contraste térmico con el exterior, que puede ser incómodo al bajar del auto o abrir una ventanilla.
Consejo extra: usá el desempañador y ventilación cruzada
Si los vidrios se empañan con frecuencia, no subas más la temperatura. Usá el desempañador delantero, activá el aire en modo “aire fresco” (no recirculado) y, si es posible, abrí apenas una ventanilla trasera para permitir el ingreso de aire y mejorar la circulación interna.