La viralización del momento que Agustina Gandolfo, esposa del futbolista Lautaro Martínez, salvó a su hijo, Theo, de que un espejo le cayera encima generó miles de repercusiones. A pesar de que al nene no le pasó nada, el incidente resaltó la importancia de la prevención y la atención en el hogar.
En diálogo con VíaPaís conversamos con Evangelina Cueto, médica recibida de la UBA y pediatra especialista en adolescentes del Hospital Garraham, para que nos comente sobre los accidentes domésticos más comunes, cómo evitarlos y cuál es la mejor manera de crear un hogar para niños.
La repercusión del incidente y los accidentes domésticos
Sobre el incidente del hijo del deportista, la especialista afirmó: “Tuvo un final feliz en términos de que, por suerte, al niño no le pasó nada. Es una excusa perfecta para generar educación y conciencia sobre la prevención de accidentes en el hogar. Este hecho hay que tomarlo para que sea una invitación a la reflexión y a construir estrategias para evitar incidentes en la casa, para que ningún chico vuelva a estar en riesgo”.
Y luego, agregó: “Este tipo de eventos que ponen en riesgo las niñeces son muy frecuentes, en la mayoría de los hogares hay cuestiones para ajustar y que podrían ser un riesgo para los menores. Por eso, todos tenemos que estar revisando para evitar que cuando, quien viva ahí o incluso visite esa casa, se exponga una situación de riesgo”.
Cuáles son los accidentes domésticos más comunes
Entre los accidentes domésticos más comunes, la profesional señaló:
- Caída de objetos pesados: “Se pueden venir encima de un niño, o incluso de otra persona. Espejos, biblioteca o cualquier otro objeto similar, deben estar todos ajustados a la pared porque la caída de los objetos pesados es uno de los tantos eventos que ponen en riesgo a las personas”.
- Quemaduras: “Muchas veces los niños están en la cocina mientras el adulto, la adulta o el cuidador está ahí, hay que tener muy en cuenta el tema de las hornallas o planchas. Mientras se está cocinando, es recomendable que el horno quede resguardado del ambiente de los niños o si va a usar hornalla, estar alertas, porque incluso una olla con agua caliente se podría venir encima de un niño”.
- Objetos cortantes: “Hay que pensar que los chicos son pequeños exploradores y empiezan a deambular. Es normal que estén abriendo cajones, sacando cosas, probando de qué trata, por eso es tan importante tratar de que esos objetos cortantes estén por totalmente por fuera del alcance de ellos, y en caso de que estén en cajones, que tengan trabas o llave”.
- Caídas: “Los balcones, las escaleras tienen que estar bien protegidas con barandas, con redes seguras, que en todo caso, si pasó un determinado tiempo desde que se colocaron, hay que revisar si el estado es el correcto. Las casas que tienen piletas es necesario que tengan cercos y puertas que no se puede acceder fácilmente. Sin embargo, a pesar de la protección, tienen que ser lugares que siempre queden supervisados por adultos”.
- Objetos peligrosos al alcance: “Tiene que no haber enchufes a la vista, no tiene que haber objetos de riesgo, como medicamentos y productos de limpieza a mano”.
Cómo se puede prevenir que ocurra un accidente doméstico
La profesional destaca que es necesario que los adultos tengan realizado un curso de RCP “hecho en un lugar que esté respaldado y que también estén actualizados”, indicó. “Como, por ejemplo, conocer la maniobra de Heimlich, que es una maniobra que salva vidas y que tiene que ver con atragantamientos hasta saber hacer reanimación de manera efectiva. Y por supuesto tener siempre a mano los teléfonos de, no solo en 911, sino el de intoxicaciones vinculadas a medicamentos, como también a productos de limpieza que nos otorguen el Hospital Gutiérrez. Hay que tener la heladera o en lugares que estén muy a mano estos teléfonos que pueden salvar vidas. También el de urgencias de la prepaga u obra social”.
En el caso de que ocurra un accidente doméstico, la profesional indica que lo primero que hay que hacer es llamar al 911: “No hay que esperar a llegar a un lugar, sino que el servicio asista al niño o a la niña en cuestión en el sitio del hecho. Por ejemplo, si un niño se hubiese golpeado la cabeza por una caída de altura, no tenemos que agarrarlo, movilizarlo y llevarlo hacia un centro de salud ni hacia una guardia, necesitamos que acuda la urgencia al hogar”.
Como conclusión, la médica destaca: “Siempre llamo a la invitación a que el cuidado sea colectivo. Lejos de intentar culpabilizar, lo que tenemos que hacer frente a estos hechos es involucrarnos todos y generar acciones concretas de aprendizaje colectivo para saber actuar. No tener hijos no quiere decir que no tengamos la corresponsabilidad de cuidar a todas las infancias y para eso tenemos que formarnos. Tenemos que preguntarnos: ¿Cómo tiene que ser un hogar seguro?”.